Pensó que todo sería más fácil, componer con Madox, pero no, es difícil explicarle la dirección en la que desean ir, en la que Ateez desea marchar.
Al concluir, sube al auto directo a los dormitorios y revisa su celular, y un mensaje de Yunho cambia su rumbo.
"Madox es bueno. ¿Hablaste con el CEO? ;)
Hong joong suspira con cansancio, recuesta su cabeza en el asiento y toma una decisión guiada por el impulso. Yunho tiene razón, debe hablar con el CEO. Le pide al conductor que lo lleve de vuelta y una vez en la empresa espera con paciencia ser atendido.
Para la tarde, todos lo esperaban en la cocina, pues les escribió que acababa de salir de una reunión con el CEO. Al llegar a los dormitorios se encuentra con la mirada de todos sobre sí y sin más dilate les informa.
-Durante la reunión el CEO llamó a Min Gi, éste respondió y dijo que se comunicará conmigo- suelta Hongjoong sin ánimos, sin fuerzas, como si quisiera tumbarse en su cama y olvidarse de todo.
Sin pensar en nada más se marcha a la habitación que comparte con Yunho. En espera de un mensaje o quizá una llamada del rapero. Las horas pasan; intenta componer, pero las frases deprimentes saltan de su mente a borbotones.
"Quisiera que estuvieras aquí
Compartiendo conmigo
Mi alma rota te llama"Lleva su mano a su rostro con impotencia y frustración, esto no es Ateez, piensa, y su ansiedad aumenta al notar que nada tiene sentido, no es la dirección del álbum, no es lo que busca.
Woo Young lo saca de su encierro llamando a todos a comer, y en eso está el líder, muy concentrado en su plato, cuando escucha un sonido muy particular; les pide a todos que hagan silencio para asegurarse que lo que escucha es real, e inmediatamente amplía sus párpados, traga con dificultad e intenta levantarse a toda prisa para correr directo a la habitación en busca de su teléfono.
El nunca pondría ese tono de llamada tan caricaturesco y aniñado. Recuerda el día en que se descuidó y el rapero tomó su teléfono, colocando ese tono específico para cuando él lo llamara. No pudo evitar que tomara su teléfono pues alzó el brazo para que no pudiera alcanzarlo mientras el saltaba y lo golpeaba tratando de hacer que se lo devolviera, y desde ese día tiene una sensación en sus labios que no se despega, es difícil, y todo debido a las tonterías del gigante.
Recuerda que se prometió a sí mismo cambiarlo, al escuchar ese tonito animado, pero lo olvidó por lo que sucedió después, y con el tiempo, se acostumbró al extraño tonito.
Contesta y cierra la puerta, sentándose en la cama para mayor comodidad, de pronto, una voz baja y ronca acaricia sus oídos desde el otro lado de la línea, sí, le encanta esa voz, poder escucharla de nuevo es como un manjar caído del cielo.
Suspira, mientras acomoda su cabello, frunce sus labios; como si el más alto puediera verlo, se remueve en la cama y se acuesta, escuchándo lo más atentamente posible lo que esa voz tiene para decirle.
- no te preocupes- escucha luego de un rato- te ayudaré a componer, sólo envíame lo que tengas para partir de allí, y el enfoque, por favor- dice chasqueando su lengua y ríe con diversión- no soy adivino ¿si?.
Hongjoong sonríe en soledad, con ánimo y le dice:
- tan pronto como cuelgue te lo envío.
- bien- contesta Min Gi que estaba por despedirse, pero Hongjoong quiso evitarlo.
-¡oye! - lo detuvo- ¿como te has sentido?- pregunta con cautela.
- me he sentido bien- ríe- no te preocupes sé que pronto volveré para fastidiarles la vida y hacernos quedar en ridículo.- vuelve a reír.
Hongjoong se da un manotazo en la cara, molesto.
- no has cambiado en nada- le reprocha, y escucha de nuevo esa risa divertida, y suspira, extrañaba esa risa, muerde su labio inferior resistiendo una sensación de emoción en su pecho que crece cada vez más, dejándolo sin respirar.
- Hongjoong- llama Min Gi, el mencionado siente un cambio en el tono, ahora es serio, bajo como un susurro, hipnotizante- espero que logres dormir bien esta noche- le dice.
Hongjoong cierra sus párpados, soportando la emoción que acrecienta.
- tú también - responde, traga grueso- adiós- dice y escucha un hasta mañana en su oído, como una promesa. Cuelga y se estira en la cama, mirando el techo piensa qué será de él, pues todo dentro de sí se esta complicando.
Cierra sus párpados y suspira sintiendo como su cuerpo se relaja sin todo ese peso sobre sus hombros.
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