Día 5. (Uñas/Colmillos). Espuma Y Frutas

1.6K 109 49
                                    


Rin y Sesshomaru ya se habían comprometido desde hacía años. El demonio había jugado a los trabalenguas con ellos en la tumba de su padre y aprovechó para confesarse a la chica. No obstante, él no la visitaba tan frecuentemente, había decidido dejar que ella lo decidiera por su cuenta, después de todo, los humanos solían cambiar de opinión.

Una tarde otoñal, Rin se encontraba junto con Sango y sus hijos jugando con las hojas secas. Sesshomaru los miraba en la lejanía.

Inuyasha se acercó para darle a Kin'u, a Gyokuto y a Hisui una bebida tibia de cebada que la anciana Kaede había hecho para ellos.

El hanyo sintió comezón en la oreja y empezó a rascarse con su pie, al más puro estilo de un perro. Rin notó que tenía una garrapata pegada en la oreja.

- ¡Señor Inuyasha! ¡¡Tiene una garrapata!!

La humana, sentada como estaba, jaló el insecto de la oreja de hanyo, mientras este se quejaba. Sesshomaru, quien fue testigo de aquello no soportó tal ofensa.

¿Cómo osas a acariciar a ese perro en mi presencia?

Pero no, ella no lo estaba acariciando e ignoraba que él los estaba espiando. La visión distorsionada del Daiyokai iba a causar estragos.

Rin jaló con fuerza hasta que pudo arrancarla. Producto del movimiento, su codo golpeó a Gyokuto, quien estaba su lado, provocando que la cebada se saliera del vaso. El líquido espeso y blanquecino cayó en el rostro de Rin. Para empeorar, la joven gimió de forma muy extraña cuando sintió el líquido caer en su rostro.

Inuyasha y Sango no dijeron nada, pero su imaginación los había hecho asociar aquella escena con algo muy obsceno.

Sesshomaru, usando su gran velocidad, se posicionó tras Inuyasha.

Sesshomaru: - ¡Despreciable hanyo!
Inuyasha: - ¿Ah? ¡Sesshomaru!
Sesshomaru: -¿¡Por qué sigues mirándola!?
Inuyasha: - ¡Woaaah!

Rin, Sango y los niños salieron despavoridos del lugar.

Sesshomaru: - ¡BAKUSAIGA!
Inuyasha: ¡WAAAAA!

Minutos después, Rin se fue al río junto con su señor para lavarse el rostro. Sesshomaru llevaba una canasta de fruta que había traído de regalo.

Al llegar, la joven sujetaba su cabello, dejando su nuca al descubierto, mientras lavaba con un jabón hecho de melón los restos de cebada que tenía en la cara.

El demonio la miraba embobado.

- Señor Sesshomaru, ¿por qué hizo eso?
- ¿Hacer qué?
- Atacar de repente a su hermano.
- ¡No lo llames así!
- ¿Acaso fue... por la garrapata?
- Ese asqueroso no se baña.
- Señor Sesshomaru, ¿usted se baña? Cuando viajaba con usted nunca lo vi asearse.

Sesshomaru no respondió.

Rin comenzó a reír.

- ¿De qué te ríes?
-De nada...

En el fondo estaba feliz, su señor se mostraba celoso y eso la hacía sentir halagada.

- Lo que quiero es que, me toques solo a mí - le susurró el demonio acercando su rostro al de Rin.
- ¿Quiere que le arranque una garrapata a usted también? - le respondió divertida.
- ¡¡No tengo nada de eso!!
- Pues no le creo, ja, ja.
- Has entrado en confianza muy rápidamente - el demonio sonreía malicioso.

Rin seguía riendo.

- ¿Quieres comprobarlo?

Sesshomaru se había levantado y permanecía de pie junto a ella.

My Own PleasureDonde viven las historias. Descúbrelo ahora