Autumn viaja a una pequeña ciudad de Montana para sentirse más cerca de la persona a la que consideraba su alma gemela encontrando así secretos y ocultando otros, mientras descubre su pasión por el patinaje sobre hielo.
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Me encontraba recostada en la cama del hotel en el que me había hospedado hace dos días, ayer no había hecho más descansar del viaje tan largo que había hecho el día anterior, tenía ya tiempo despierta, pero no había querido levantarme aun, hasta que comencé a sentir como mi estomago exigía que le diese algo, no debía pedir más servicio a la habitación, el hotel no es muy económico, y si seguro así me quedaría sin dinero pronto.
Me decidí a levantarme de aquella cama tan cómoda para dirigirme a la ducha.
Mientras me duchaba considere en conseguir un trabajo de medio tiempo, si quería seguir aquí debía trabajar para conseguir dinero extra. Y tampoco quería pasar la mayor parte del tiempo sola en la habitación de un hotel eso solo hacía que recordara a mi hermana y no me apetecía llorar hasta deshidratarme, Sullen me habría reñido y me habría sacado de la cama y eso era lo que intentaba hacer. Y más ahora que podría recorrer partes de la ciudad que mi hermana amaba.
Sin poder evitarlo los ojos se me llenaron de lágrimas con tan solo recordarla, no sé cuánto más dolería así, mi alma gemela se había marchado, no había podido despedirme de ella.
Sacando todo pensamiento de mi mente continúe vistiéndome.
No tarde mucho en estar totalmente lista y salí de la habitación del hotel.
Camine unas cuantas cuadras del hotel, no me apetecía tomar el auto, quería conocer mejor el pueblo -también porque ni siquiera conocía bien la ciudad- o solo quizá quería que mi mente se despejara viendo como este lugar estaba rodeado por naturaleza a pesar de ser casi una pequeña ciudad, estaba rodeada de montañas que seguramente se veían espectaculares en invierno.
Vi una cafetería pequeña a unos metros y me acerque, tenía que desayunar algo y así lo hice, entre al lugar era sencillo y muy lindo, ordene un café y un pan con un nombre raro que me recomendó la persona que me atendió, me había sentado en una mesa que daba a la calle, en ese lugar había un gran ventanal en el cual se podía ver quien paseaba por ahí, me gusto, mi orden no se tardó mucho en hacer presencia y comencé a disfrutar mi estadía.
El lugar no tardo en llenarse de jóvenes de mi edad muy entusiasmados con ropa muy pegada al cuerpo al parecer ropa deportiva, mientras algunos otros llevaban sus patines colgados en los hombros, las personas detrás del mostrador parecían conocerlos bien ya que escuche como les llamaban por sus nombres o ellos les preguntaban cómo se encontraban hoy, me parecieron muy educados y buenas personas y no era como si estuviese prestando atención, el lugar era pequeño así que no se podía evitar escuchar.
No supe en qué momento, pero un chico tomo el lugar que estaba desocupado en mi mesa cuando giré me observaba atento, yo no entendí nada, el chico tenía el cabello rizado y rubio, no parecía ser de mi edad, parecía tener unos años menos que yo, ni siquiera hablaba solo se limitaba a observarme, justo cuando abrí mis labios para hablar alguien más llego a su lado.
