CAPITULO 1

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Se encontraba una persona frente a la piedra conmemorativa, esa persona era Kakashi Hatake, aunque después de la cuarta guerra ninja visitaba la piedra cada vez menos, hoy estaba un poco nostálgico así que decidió hacer una visita.

-Sensei, Obito, Rin, después de tanto tiempo por fin todo está en paz, es bueno ver que por fin una generación no conocerá la guerra, aun así, me hubiera gustado que ustedes pudieran ver esto en persona, desearía nunca haberles hecho daño como lo hice, en especial a ti, Obito- al terminar de hablar pensaba retirarse, pero pronto vio como una luz blanca lo cegaba, se puso en posición de lucha pensando que era algún ataque, pero lo único que escucho fue una voz calmada.

-Es un hermosos deseo, quiero ver qué haces para cumplirlo-

Se despertó y noto que se encontraba acostado, pero al ver mejor alrededor noto sorprendido que esta no era alguna habitación del hospital de Konoha, esperaba eso si esa luz resultaba ser un ataque, tampoco era su departamento. Viendo la habitación un poco más nota que ese era su cuarto cuando vivía con su padre, ya habían pasado muchos años desde que ocupo esa habitación, pero aun así la reconocería fácilmente.

Se acomodo en la cama para poder sentarse, pero al moverse noto que sus extremidades se sentían más pequeñas, eso le sorprendió, tomo las cobijas para verificar como se encontraba, pero al notar sus manos se sorprendió aún más al ver que estas eran pequeñas, eran del tamaño de un niño. Se levanto rápidamente y se dirigió al espejo viendo que efectivamente su cuerpo lucía como si tuviera 4 o 5 años, pensando que era un genjutsu intento dispersarlo varias veces dándose cuenta que no podía o que no era un genjutsu, pero aun así no se explicaba ¿por qué era tan pequeño? y ¿por qué toda la habitación estaba tan bien recreada?

Escucho como la puerta de la habitación se abría y rápidamente se puso en guardia pensando que seria la persona culpable de todo esto, pero se sorprendió al ver que la persona que estaba en la puerta era su padre, lucia bien y estable, como lo recordaba antes de esa misión. Su padre se veía tan real, al igual que todo a su alrededor, se empezó a preguntar si realmente estaba en el pasado.

-Ya estas despierto, creo que es normal, debes estar ansioso- dijo su padre mientras le sonreía con cariño.

- ¿Ansioso? – pregunto aun revisando alrededor, observando por cualquier fallo que revelara que esto era una trampa.

-Si, hoy es la ceremonia de bienvenida de la academia- mentalmente empezó a recordar que fecha era y así noto que efectivamente tenía 5 años aun así todavía no estaba totalmente seguro que estuviera en el pasado -apúrate a arreglarte, aun tienes que desayunar- cerró la puerta dejándolo solo mientras se vestía y pensaba, si realmente está en el pasado, con todo el conocimiento que tiene del futuro puede realmente ayudar a que muchos de los desastres por venir no ocurran.

Salió de su cuarto y mientras caminaba por los pasillos de su antiguo hogar observaba todo con atención, pero esto solo lo iba convenciendo cada vez más que si estaba en el pasado. Llego al comedor donde vio un plato con su desayuno aun caliente, se sentó y espero que su padre se sentara para empezar a comer.

El desayuno transcurrió en silencio, terminaron de desayunar y su padre recogió los platos para lavarlos después, salieron de la casa y vio como su padre le tendió la mano para que la sujetara, en la tomo notando su calidez, también noto con nostalgia todas sus cicatrices y la dureza de sus manos por las tantas experiencias en batallas.

-Kakashi ¿estás bien? Te quedaste viendo mi mano- miro a los ojos a su padre y le sonrió para no preocuparlo.

-Estoy bien, creo que estoy emocionado- su padre le sonrió de forma tranquilizadora y se pusieron en marcha.

Cambio de CauceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora