Welcome To Westview #3 {Freddy Freeman & Lectora} Finalizada

#12 El primer hogar

Y en segundo, casi olvidándose de que en realidad no estaba ahí, regreso a su forma adolescente, más alta, levantándose del suelo para encontrarse nuevamente con Agatha.

Esto todavía no terminaba.

—¿Salvaste a tu familia? — pregunto Agatha con interés en conocer la respuesta a la incógnita de la oscuridad en todo lo visto, en esa explosión desconocida.

—¿Qué...? — musito (t/n), recuperándose de lo vivido otra vez.

—¿Con un hechizo de probabilidad?

—No, yo... — contesto respirando agitadamente — solo... no murieron ahí, solo quedamos inconscientes, no sabía eso. Nos... quedamos inconscientes por horas...

—¿Por cuánto?

—Dos días.

—Ah — murmuro, disgustada a no obtener la respuesta tan ansiada, caminando alrededor de una destruida habitación de lujo repleta de escombros —, pero cuanto trauma, aunque... estuviste a salvo todo el tiempo, lo que yo veo aquí, es una bruja bebe obsesionada con las comedias y años de terapia en su futuro, eso no explica tus resientes tonterías, ¿de dónde salió tu poder, (t/n)?

El ambiente de una vida destruida rodeo a (t/n) con verdadero dolor, ciertamente... no lo había recordado tan nítidamente antes. Solo tenía ocho años, tenía ocho años cuando se la llevaron, cuando le arrebataron una vida normal, la vida que Elenia deseo para sus hijas.

Erik... fue el motivo para Elenia de llevarse a (t/n), otorgarle una vida sin sufrimiento excesivo. La puerta en frente de (t/n) con una luz colorida tomo su atención junto a la de Agatha, era momento de caminar entre otra memoria, y (t/n)... temía agriamente conocer cuál era esta.

—No quiero volver ahí.

—Se que no quieres — le hablo Agatha en un extraño tono gentil —, pero es un buen remedio, ángel, para avanzar debes volver.

Incluso si (t/n) no ansiaba adentrarse, la puerta se desbloqueó por su cuenta, mirando desde dentro, conociendo exactamente lo que pasaría cuando tuvo que comenzar a caminar, lento, pero termino adentrándose con Agatha a su espalda siguiéndola.

Tantos hombres en una sola habitación: (t/n), recostada en una cama, con manos y piernas atadas en metal. Apresada como una rata de laboratorio, si, esa memoria la odiaba con todo su ser, el día en que la obligaron a hacer algo que ella no quería.

Toda esa ola de dolor a la corta edad de ocho años.

—Una pequeña y diminuta rata de laboratorio — se burló Agatha con las manos en sus bolsillos —, este recuerdo me agrada un poco más que el otro. Una duda, ¿tu reacción a que bombardearan tu casa, fue unirte a una organización terrorista anti libertad?

—No... — negó en un suave susurro, observando desde el otro lado — mi padre... estaba en negocios extraños, armas, quería cambiar el mundo, pero entonces... cuando supo de lo que querían hacer, experimentar con humanos, comprar armamento más grande, fue cuando no quiso financiarlo, entonces... nos secuestraron a los cuatro.

—No hay porque asustarse, ya lo viviste una vez.

—Si tan solo supieras...

Musito con un temblor en su voz al acercarse a la camilla en donde antes la ataron. Su vista solo se centró en la molesta luz blanquecina de la habitación, pronto notando las barreras de metal en sus muñecas, desesperándose, intentando huir de las cadenas que la ataban a la incómoda y fría mesa metálica. Un hombre, uno de tantos se aproximó con una luz, abriendo el parpado de (t/n) para cerciorarse que la paciente estaba despierta en su totalidad, controlando que no hubiera ni un solo problema.