S̷i̷n̷ ̷E̷r̷r̷o̷r̷e̷s̷. Objetivo: Impedir Mi Trágico Final

Capítulo 17

Bunix se encontraba en total confort dentro de su madriguera, se mantenía al margen observando y analizando los pozos de tiempo.

Sonreía satisfecha viendo lo que lograba manteniendo el órden.

De un momento a otro notó que su extremidad derecha se sentía raramente más ligera.

Ella levantó su brazo y observó como este iba desapareciendo.

—¿Qué? ¿Qué está pasando? ¿Por qué? — decía alterada.

Se acercó con velocidad hacia una de sus ventanas y lo que pudo ver la horrorizó.

—¿Por qué, por qué Chloé es diferente? — se cuestionó austada— Esto no debe ser posible, tengo que decirle — Bunix corrió hacia un gran botón rojo y lo oprimio, luego cayó al suelo ya que sus piernas se estaban desvaneciendo.

—Veo que sigues acá— dijo una voz desconocida.

Bunix giró para ver de quien era esa voz y lo único que pudo identificar de la persona desconocida fueron sus ojos y su traje del miraculous del conejo, luego de eso desapareció por completo.

La desconocida sonrió.

—Ahora soy la única guardiana del tiempo— dijo orgullosa— ser novia de ese idiota si sirve de algo.

Miró a su alrededor notando que el botón ya había sido oprimido.

—Tch, llegué tarde.

La desconocida se acercó hacia la ventana que mostraba a Chloé y la observó.

—Como sea, ahora es problema de mi madre, veamos que hará. ¿Será en este tiempo el beso con papá Adrien? — la extraña sonrió con malicia— Espero que me dé un espectáculo digno de una Reina.

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—¡Miren Chloé ya está aquí! — anunció Rosita con felicidad.

—Genial, la Reina del drama llegó— comentó Alix fastidiosa mientras terminaba de esquivar los últimos obstáculos con sus patines.

—¡Chloé! — gritaron Rosita y Marinette mientras agitaban sus brazos.

<Juro que lo protegeré>

La rubia la saludaba desde lejos.

Cuando Chloé llegó con sus amigas, Juleka fue la primera en abrazarla.

Chloé se quedó inmóvil al sentir como la Juleka invadía su espacio personal, no era la primera vez que lo hacían, pero la rubia se sentía incómoda.

<No importa cuantas veces me abracen, jamás me podré acostumbrar>

—Te estábamos esperando— murmuró casi en silencio.

<Tampoco importa las veces que hable, jamás la voy a entender. >

—¿Por qué llegaste tarde Chloé? — preguntó Marinette.

—Si, estuvimos por más de media hora esperándote, llegas muy tarde. — dijo Alya.

—Una Reina nunca llega tarde, son ustedes plebeyas que llegaron temprano.

—Y ahí empieza de nuevo— comentó Alya mientras rodaba los ojos.

Las chicas rieron.

—Dinos Chloé, ¿qué es lo que querías decirnos? — cuestionó Mylene.