Capítulo I

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La noche había llegado a Nueva York y mientras cierto genio castaño permanecía en su taller, sus compañeros tenían una improvisada reunión en la sala de la torre.

¿El motivo? Simple, Tony Stark cumplía años mañana y como buenos compañeros que eran planearon una fiesta sorpresa para su líder y mejor amigo. O mejor dicho Steve planeo aquello y obligo a los demás a participar.

—Ya, hable con Pepper, logrará mantener a Tony todo el día lejos de la torre— Informo el capitán quien estaba para en la mitad del cuarto con una libreta en manos— ¿Clint, conseguiste el pastel?

—Lo iré a recoger mañana, para que Tony no lo encuentre— Contesto el rubio cenizo, el capitán dio un asentimiento mientras lo anotaba.

—¿Natasha, la lista de invitados? —Pregunto Rogers a la pelirroja que se encontraba sentada en el sofá.

—Todos confirmaron su asistencia— Respondió con una sonrisa.

—¿Bruce, decoración? —Pregunto el rubio mientras seguía anotando, recibiendo una respuesta afirmativa del científico—Y finalmente Thor, a ti te tocaba... ¿Alcohol? —Dudo en lo que había leído por un momento.

Se preguntó mentalmente quien le dio aquella tarea.

—Traeré los mejores barriles desde Asgard— Comento con una sonrisa el dios nórdico.

El rubio solo llegó a asentir con su cabeza y una sonrisa, pero cualquier comentario se quedó sin completar pues el celular en su bolsillo vibro indicando que había llegado un mensaje.

"Te espero en mi habitación" Decía el mensaje, sabía quién era el remitente, solo había una persona quien le enviaría aquello.

—Bien todos pueden ir a sus habitaciones— Dio por finalizada la reunión evitando tener cualquier señal que le delataría.

Esperando a que todos abandonen la sala, salió en rumbo a la habitación de Tony.

Si Tony Stark, el hijo de su mejor amigo.

¿Cómo había empezado aquello? Ni él estaba seguro. Tal vez comenzó aquella vez que se quedaron encerrados en el taller del genio, aquel momento donde los gritos sobre de quien era la culpa se terminaron transformando en besos. Quizás fue antes, quizás fue después. No tenía ni idea.

Pero poco después de aquel suceso empezaron una relación, la cual se la ocultaron a casi todos los vengadores. A casi todos, pues una vez cuando creían que estaban solos fueron descubiertos por uno de los miembros del equipo en una situación un poco vergonzosa.

Fueron descubiertos después que Bruce saliera de su laboratorio, después de estar internado por una semana. Camino a la cocina en busca de algo para comer, pero encontrando a cierto millonario besándose con el capitán que se encontraba sobre la mesada de la cocina.

Después de aquel suceso Tony pidió al pelinegro que no lo le dijera nada a nadie, que aún no estaban preparados para hacerlo público. Mientras tanto Steve no pudo ver al científico a los ojos con casi dos semanas.

Entrando a la habitación, encontrándola con las luces apagadas y parecía estar vacía.

—¿Tony? —Pregunto Steve a la nada mirando para ambos lados.

Pero un abrazo por la cintura le hizo dar un pequeño salto de la sorpresa, provocando una pequeña carcajada en el castaño.

—¿Para qué quería que venga? —Pregunto el rubio serio.

—¿Qué no es obvio? —Pregunto seductor Stark provocando un ligero sonrojo en el capitán —Quiero hablar sobre mi cumpleaños mi regalo de cumpleaños.

—Pero Tony tu cumpleaños es mañana— Comento Steve con gracia.

—Bueno, un pajarito me dijo que estaré lejos todo el día mientras preparan la fiesta sorpresa— Respondió Stark borrando la sonrisa de su pareja.

—¿Cómo sabes de la fiesta sorpresa? —Cuestiono Rogers con el ceño fruncido.

—Puede que tengas a dos de los mejores espías de SHIELD de tu lado, pero te olvidas que Thor no es muy bueno guardando secretos— Respondió con una sonrisa—No te preocupes capipaleta me haré el sorprendido.

Sonreía ante su cometario, pero parecía que al capitán no le causaba mucha gracia. Tratando de bajar el enojo del rubio dejo un beso en sus labios que no fue correspondido.

— Pero no es sobre la fiesta lo que quiero hablar— Comento alejándose del rubio para ir a su armario para sacar de ahí una caja —Más bien sobre esto— Termino entregando la caja al capitán.

—¿Qué hay en la caja? —Pregunto el rubio aún sin recibir la caja.

—Un regalo, de tu parte para mí— Contesto Stark con una sonrisa.

—Pero ya tenía un regalo para ti, a menos de que también lo hayas descubierto— Respondió Steve.

—¿Crees que descubría aquella bonita caja decorada que estaba oculta en tu habitación? —Cuestiono el castaño con ironía— No te preocupes no lo abrí.

Steve estaba molesto por las declaraciones de Stark, que de mala gana agarro la caja y la abrió. No podía identificar a simple vista que era lo que estaba adentro, pero podía deducir que era un disfraz.

—¿Qué es esto? —Pregunto aún con la vista en el contenido del paquete.

—Es un traje y quiero que te lo pongas— Respondió con simpleza el castaño— Pero claro que si no quieres puedo pedir a alguien más que se lo ponga— Reto con burla.

El rubio miró con duda a su pareja y luego entrando al baño para ponerse aquel «regalo».

Mientras tanto el castaño con una sonrisa se acomodaba en aquella cama matrimonial, esperaba revisando su celular.

—Tony— Llamó el capitán al castaño mientras salía del baño.

Tony aparto la mirada de la pantalla, al alzarla se encontró con la deliciosa imagen de su novio.

Steve usaba un pequeño top rojo con adornos amarillos ambos en metálico que realzaba sus pectorales, bajando un poco la mirada podías ver un pequeño short que cubría poco menos de la mitad de los muslos del capitán, aquella prenda que combinaba a la perfección con la parte superior.

Aquel era el conjunto que usaban las bailarinas en el escenario de su Expo, pero sin duda le daba mejor a aquel rubio.

—Esto es tan ridículo—Suspiro Steve interrumpiendo los cientos de fantasías que llegaron a Stark en cuanto salió del baño.

—Ridículamente sexi— Contesto Stark con una sonrisa pícara.

Levantándose de la cama y caminando en dirección a su novio.

—Te ves tan...— Comenzó Tony colocando sus manos en la cintura del más alto.

—¿Estúpido? —Completo el rubio sin mirar a los ojos a su pareja, tenía un ligero sonrojo que pintaba sus mejillas de vergüenza.

—Delicioso— Susurro Stark acariciando la cintura descubierta.

Acortando la distancia se acercó a los labios del capitán, empezando un dulce beso que poco a poco fue subiendo de tono. Las manos del mecánico no se quedaron quietas. Subiendo y bajando, dando caricias y suaves apretones en toda la blanca piel expuesta. Steve inquieto empezó a quitar la camiseta al castaño.

—Vamos a la cama, hermoso— Susurro Tony separándose.


¡Hey! Aquí Cielo.

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¡Muchos besos!

Feliz Cumpleaños, TonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora