Capítulo V. Adiós armonía

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—No tienes de qué preocuparte, confía en mí —dijo Matías mientras se servía un whisky en la oficina de Froilán.

—Tú eres un baterista mediocre, que no conoce cómo funciona el mundo de los negocios.

—¿Mediocre?

—Por favor, te lo suplico, no te pongas sensible a esta hora de la mañana.

—Solo intento llevarte calma.

—No necesito calmarme —reviró aflojándose la corbata—. Lo único que preciso es asegurarme de amputar la parte gangrenosa para salvar el cuerpo.

—Pues, lamento decirte que no podemos quitar a Benjamín de la banda —contestó recostándose sobre el respaldo de su silla.

—¿Acaso es tu papá?

—Es el fundador del grupo.

—Y por eso le daremos las gracias, le agregaremos algunos ceros a su cuenta bancaria y luego le daremos un beso de despedida.

—No comprendes —sonrió—. Él no solo es el líder, es el encastre que nos mantiene a todos unidos.

—Me conmueves; estoy a punto de romper en llanto —chicaneó.

—Además, es quien escribe las letras y la música de todas las canciones.

—Ese no es problema —replicó—, tengo decenas de escritores frustrados trabajando para mí; de seguro estarán más que felices de escuchar sus absurdas letras en una banda como la de ustedes.

—¿Por qué nos ninguneas así? —preguntó frunciendo el ceño.

—¿Estás diciéndome algo?

—Aunque finjas que solo somos una banda más en tu abultada cartera de clientes; ambos sabemos que Crema del cielo es la gallina de los huevos de oro —respondió sacando pecho, orgulloso de lo que habían conseguido en tan poco tiempo.

—Calma hombrecito, todavía no salen del cascarón.

—Y tú no eres el manager exitoso que te gusta vender —retrucó desafiante.

—¿Ahora cuestiones mi trabajo, mis habilidades?, ¿desde cuándo tú y yo conversamos de igual a igual?

—Desde que depende de mí que tú nos representes —contestó manoteando el escocés de la bandeja.

—Creo que deberé hablar con Gonzalo, ese muchacho parece estar más cuerdo y centrado.

—Gonzalo es un idiota que tampoco aceptará expulsar a Benjamín —concluyó—. Es ambicioso sí, pero no es estúpido.

—Golpeó a un fan de manera artera.

—Solo defendía a una amiga.

—Sé que a los jóvenes de hoy les encanta jugar a los superhéroes, pero tu amigo quedó como un violento ante los ojos del mundo; y eso no es bueno para el negocio —alegó.

—Camila ya lo excusó.

—Lo dices como si ella fuera la virgen María —le recriminó—; es solo una adolescente que diría cualquier cosa con tal de amasar la fortuna que espera al final del camino.

—¿Hablamos de ella o de ti?

—¿En serio crees que me gusta perder el tiempo hablando del guitarrista y sus aires de justiciero? —inquirió vehemente—. Deberíamos estar discutiendo sobre las giras, las promociones radiales y televisivas, las entrevistas, las firmas de autógrafos, el lanzamiento de nuevos sencillos, la grabación de su primer álbum en estudio...

Sueños contrapuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora