➻ [ ⎙ ; ❛ RyoAliHaya ❜ ↷

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Alice estaba en su casa con Ryo y Hayama en su habitación, siempre andaban discutiendo sobre algo pero ese día estaban tranquilos, hasta daba miedo preguntar que era lo que los tenía tranquilos

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Alice estaba en su casa con Ryo y Hayama en su habitación, siempre andaban discutiendo sobre algo pero ese día estaban tranquilos, hasta daba miedo preguntar que era lo que los tenía tranquilos.

—Ryo-kun, pásame otra liga. —Hayama no sabía cómo era que se había dejado convencer de aquello, el pelinegro solo estaba en silencio tratando de aguantar la risa por lo ridículo que se veía y Alice pues peinaba su cabello con pequeñas trencitas.

—Te ves bien Hayama, si siempre estuvieras así cuando cocinas. —Ryo se burló de el chico de tez morena haciendo que el peliblanco se enojara un poco.

—Ryo-kun no te burles, luego de él sigues tú. —Ambos chicos eran dominados por la fémina, Alice Nakiri era demasiado caprichosa como para negarsele algo y sino lo resolvían mediante la cocina.

Aunque a ambos no le gustaba perder,  simplemente se sentían aburridos de ganarle a la de ojos rojos y decidieron cumplirle uno de sus caprichos, lo que hizo que cavaran su propia tumba. La peliblanca trenzaba los cabellos finos de Hayama, hasta le daba un poco de envidia por la suavidad de los mechones.

—Akira-kun ¿Cómo haces para que tú cabello sea tan sedoso? —preguntó intrigada la Nakiri mirando al cocinero de las especies.

—Se debe al shampoo que Jun compra, dice que los cocineros no deben usar aromas fuertes en sus shampoo y pero que deben tratar de hacer que sus cabellos se vean lo más limpios posibles. —Hayama le respondió a la chica como si fuese lo más normal del mundo.

—Oh, entonces todo se debe a Shiomi-sensei, ya veo, le debería decir que me ayude a escoger los míos. —Alice estaba tranquila, siempre se sentía así cuando estaba con los dos chicos.

—Hayama simplemente conviértete en doncella y ayuda a la señorita con sus cosas. —El pelinegro seguía burlándose de la chica.

—Vale, te reto a algo, si me ganas en una shokugeki iré de compras con Alice al shopping, sino tú irás —Los ojos rojos de Ryo se miraban fijos, la chica no los detendría, más bien iba a ser la jueza del encuentro.

Los tres hablaban en voz baja casi como para que no supieran que estaban ahí, reunidos disfrutando de la tarde y cumpliendo los caprichos de cierta chica. La puerta semiabierta estaba, una persona se acercó a la puerta contemplando la escena, viendo a su hermosa hija con aquellos dos chicos.

—Vaya Alice, parece que conseguiste otro ayudante. —La voz de su padre hizo que la chica saltará un poco y se dirigiera a él.

—Padre —dijo abrazándolo con una sonrisa.

—Cuanto tiempo señor. —Ambos dijeron al mismo tiempo quedándose un poco sorprendidos de aquello.

—¿Cómo lo conoces? —preguntó Ryo a Hayama y este miró extrañado al chico de cabellos negros.

—Fue juez en el encuentro que tuve con Souma cuando pertenecía a la Central. —Ryo miró sorprendido al chico.

—Papa Akira-kun no es mi ayudante, ni siquiera me llama ojou como Ryo-kun. —Soē Nakiri miró al nombrado con una atmósfera tétrica como exigiéndole que llamara así a su hija, hasta que se fijó que Alice lo llamaba por su nombre.

—Espera ¿Que son ustedes tres? —preguntó el Nakiri temiendo la respuesta de su hija, los chicos palidecieron al escuchar aquella pregunta, obviamente si dejaban hablar a Alice lo contarían todo.

—Por supuesto que somos-

—Amigos. —Volvieron a hablar Ryo y Akira interrumpiendo a la chica, Alice miró a sus novios nerviosos y como que molesta por decir aquello.

—¿Que dicen chicos? Osea que solo me ven como una amiga. Papá Ryo-kun y Akira-kun son crueles estuvieron fingiendo todo este tiempo. —Solo complicaron las cosas.

Soē miró a ambos como queriéndolos asesinar con la mirada. Habían hecho llorar a su pequeña y eso era algo inaceptable para el Nakiri.

—Se equivoca Ojou —trató Ryo de apaciguar un poco las cosas.

—Si Alice, nosotros te amamos. —Y sintió Hayama que no había pensado bien antes de decir aquella frase.

—¿Ustedes que? —dijo el hombre con la mirada a punto de matar a ambos cuando su pequeña dejó de llorar.

—¿Es cierto Ryo-kun? —preguntó la chica mirando a su compañero.

—Si no fuese cierto Hayama no llevaría trenzas. —El peliblanco miró mal al pelinegro, aunque era cierto le molestaba un poco.

—Entonces Akira-kun está perdonado. —Alice se separó de su padre y le pasó la mano por la cabeza al chico de ojos verdes, Soē cada vez más veía a ellos con confusión.

—Ojou ¿Y yo que? —Alice miró a la persona que siempre le había acompañado y sonrió.

—Ryo-kun está perdonado también. —Parecían como si se hubieran olvidado del padre de la chica, su suegro.

—¿Qué pasa aquí? —preguntó Soē súper confuso, después de todo no entendía que hablaba su hija con sus amigos.

—Lo sentimos mucho señor Nakiri, nosotros tres estamos saliendo. —El pelinegro padre de la chica sintió como si le diera un infarto, exaspiró un poco y miró a aquellos adolescentes.

—¿Por qué lo sienten? —preguntó Alice sin encontrarle nada de malo a su relación—. Si nos amamos no debe haber problemas, eso dijo mamá.

Soē no podía procesar tanta información, sentía como si se le saliera el corazón del pecho. Vaya trío, una relación poliamorosa era algo que nunca pensó que su hija pudiera hacer después de todo a Alice no le gustaba compartir.

—A ver ¿me están diciendo que los tres se aman? —El hombre se sostuvo los lentes y trató de mantener la calma.

—Si papá ¿Hay algún problema? —A Soē no le molestaba simplemente le había sorprendido demasiado, hasta necesitaba un descanso para hablar con ellos seriamente.

—No pero debemos hablar, ahora no a penas proceso todo. —El Nakiri dejó la habitación dándole una última mirada a su amada hija y sus novios.

Alice no sabía porque la reacción de su padre, sin embargo mientras aprobará su relación le daba igual cualquier cosa. Miró a los chicos y sonrió de medio lado, dispuesta a seguir peinando los cabellos de ambos.

 Miró a los chicos y sonrió de medio lado, dispuesta a seguir peinando los cabellos de ambos

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