Canción del inicio: "Searching for the Truth" de "Isamar"
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Narra TN.
Mientras estaba detrás mío Kokushibo, corte uno de los tablones que sostenían la inestable estructura de la mina y empezó a temblar el lugar, dentro de unos segundo seríamos aplastados por el lugar, pero antes de que cayera la estructura sobre nosotros empecé a correr hacia la salida.
Kokushibo me seguía para salir también, entonces fue cuando empecé a cortar en otras partes para que el derrumbe fuera más rápido, la salida estaba cerca...pero no lo lograría. Aún así Kokushibo quería asegurarse de que tampoco saliera yo, intentó sujetarme para detenerme pero las piedras que caían evitaban eso, en uno de los intentos accidentalmente me empujó e hizo que consiguiera salir de la mina a tiempo.
Es un demonio, eso no lo mataría, no pasará mucho tiempo para que pueda regenerar su cuerpo y remover sin dificultad lo que lo está aplastando.
Corrí hacia la finca mariposa, conseguí librarme de Kokushibo pero no de mis heridas; ya estaba llegando, tenía la entrada casi enfrente de mi, pero caí sin más y en ese momento todo se volvió oscuro.
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Abrí lentamente mis ojos pero inmediatamente los cerré tras ser deslumbrada por los rayos del sol que entraban por la ventana.
Cuando mis ojos se acostumbraron a la luz me senté en la cama en la cual me encontraba reposando, miré a mi alrededor y en la mesa de noche que estaba en mi izquierda, yacía un jarrón con unas hermosas y florecientes flores.
No había duda, el olor, el lugar, la tranquilidad, las sábanas y la habitación, definitivamente me encontraba en el interior de la finca mariposa.
Miré mi cuerpo, mis brazos estaban vendados en algunas partes, al igual que en los mismos tenía más cicatrices; toqué mi cara y sentí algo raro, en uno de los cajones de la mesita de noche se encontraba un espejo el cual agarré para poder ver mi rostro. En mi ojo izquierdo tenía una cicatriz, si bien podía ver algo borroso no significaba que haya perdido la vista por completo.
Recordé la puñalada que Kokushibo me había realizado en un comienzo por así decirlo y revisé mi estómago, en el lugar de la puñalada se encontraba una gaza, ya no dolía la herida y no sentía perdida de sangre. Examiné el resto de mi cuerpo, varias cicatrices, nada fuera de lo normal.
Durante un momento creí que estaba todo en orden, pero cuando me intenté para caí inmediatamente al suelo. Mis piernas ya no tenían la misma fuerza que la de antes, al igual que un fuerte dolor de cabeza había hecho presencia.
Me levanté como pude del suelo y me senté en la orilla de la cama, mi cabello era más largo y pareciera como si se hubiera rizado levemente, mis uñas habían crecido más, ¿Por cuánto tiempo estuve inconsciente?
