장17

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Mierda.

Así se sentía, una mierda. Y es que no poder proteger a aquella persona que amas con tu vida, y que de ti depende la suya, te hace sentir inútil, débil y estúpido. Así se sentía Jeon en estos momentos, por que mientras él veía como todo su equipo trabajaba en la búsqueda de Jimin, él se encontraba caminando por la habitación de un lado a otro con su respiración agitada y el frío sudor cayendo de su frente y perdiéndose entre la camisa de botones que tenía.

Se sentía sofocado y no entendía el por qué, bueno, si sabía el por qué pero simplemente no comprendía. Se supone que es el mafioso más peligroso de todo Corea, buscado por las autoridades y enemigo de muchas mafias. Ese gran lobo negro de colmillos afilados, se sentía un pequeño cachorro indefenso. Mientras se encontraba en crisis, Seokjin buscaba pistas en el departamento donde encontró la carta, Namjoon presionaba las teclas del ordenador sin parar, y Taehyung ordenaba al equipo con el que irían por Jimin.

El castaño fijó su mirada en Jeon, caminó hasta él y coloco su mano en el hombro del mayor, el azabache pego un brinco del susto. Patético.

Tranquilo, lo encontraremos — Susurró cerca del oído de Jeon, tratando de calmar al azabache y mantenerlo estable y al margen del asunto.

Taehyung le brindó una sonrisa, aquella perlada sonrisa cuadrada que parecía la única esperanza de Jeon.

— No puedo perderlo... No a él — Una lagrima traicionera salió de los ojos del pelinegro.

— Hey, descuida, confío en que encontraremos a Jimin sano y salvo, y que esto sólo será un mal recuerdo. Tienes que ser fuerte, no por ti, por él, Jimin te necesita.

Jeon miró a los ojos a su primo y asintió a sus palabras. Tae atrajó el cuerpo del pelinegro y lo envolvió en un cálido abrazo que fue rápidamente correspondido.

— También encontraremos a Hoseok. — Dijó Jeon.

— Tengo Fé en que él esta bien... — Taehyung se apartó del cuerpo ajeno y antes de irse dijó algo que puso a Jeon aun más nervioso. — Ahora... Te necesitamos, más bien.... Necesitamos a Killer Bunny.

Jeon asintió con esa sonrisa macabra que lo diferenciaba de entre todos los mafiosos.

⏳⏳⏳

Jimin trataba de safarse de aquel nudo tan resistente, la cuerda que lo mantenía atado ya había colocado su piel rojiza y con una gotas de sangre por los cortes que esta provocaba. Habían pasado exactamente 5 minutos desde que aquellos dos hombres se habían retirado del lugar. Jimin veía como el pelirojo trataba de frenar el sangrado del rubio, el cual, se le hacía familiar, no podía reconocer al chico por que este estaba acostado en el suelo con su cabellera rubia apuntando hacia él.

Si cabeza dolía al igual que su mejilla debido al golpe que el pelinegro le propinó por resistirse a follar con él. A lo lejos se escucharon varios pasos y después la puerta fue abierta, esta vez se asomo un hombre algo más bajo que los anteriores, era pelinegro de cuerpo fornido, delgado y de ojos cafés, este traia consigo a dos niños de al menos 15 años cada uno, los arrojó al suelo como si fueran un costal de papas, ambos soltaron un quejido por el impacto.

Vaya que tenía un Deja vu.

— Hey tu, rojito, tu padre quiere verte.

Hoseok regresó a ver al pelinegro con sus ojos llorosos.

— Por favor, S-se los suplico, ayudenlo, esta perdiendo demasiada sangre y a este paso morirá...

Sir Jeon ; Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora