SOYEON
La caballero platinada quedo estática en sus pensamientos después de mirar el carruaje de la reina partir del castillo. A su alrededor, se encontraban unos cuantos guardias y Seulgi, su oficial de confianza.
En un mundo lleno de magia y seres fantásticos, los soldados de Jongnala tenían que aprender múltiples cosas, no solo como apuñalar a un mastord (gigantes huecos) si no cuantas, cuales y donde se encontraban las especies de su tierra, Jongnala era la nación mas grande de las cuatro, poseía paisajes llenos de colores y muchas, muchas especies, las cuales tenían diversos situaciones con el mundo humano, mas bien, con el reinado de Minnie y Shuhua, había leyes, comercio y acuerdos de por medio, pero todo era controlado por la consejera y la guardia directa de la reina mayor.
Soyeon dirigió la mirada a sus soldados, para dar ordenes acerca de la vigilancia y del cuidado del castillo, también de la princesa.
Después de dar ordenes y estar segura de no haber olvidado nada, anduvo hasta la parte lateral del castillo donde espero que saliera el sol, mientras este se asomaba divisó la figura que esperaba encontrar, la deidisa y cazadora real, Miyeon. La pintura azul que Miyeon usaba en sus ojos se miraba ya derramada sobre sus mejillas por el sudor, y tenía unos cuantos arañones en el brazo. Soyeon notó una tela que Miyeon sostenía en su espalda, posiblemente algún buen gusto, como de costumbre.
—Tardaste mucho hoy—balbuceó Soyeon con una sonrisa de burla en su cara—te ganó el sol.
—Tuve que pelearme con un licántropo por esta presa—respondió Miyeon sin quitar la vista de su camino, y pasando de largo a Soyeon.
Soyeon la tomó del brazo y acercó su vista a la herida de la mayor. Esta intentó zafarse pero fue imposible.
—Todo por complacerle el capricho a tu reina—Soyeon volvió a reír bajo y soltó su brazo de golpe— lastima, ella no esta, así que mis soldados se comerán tu sacrificio.
—La reina...
—Si, se fue hoy de madrugada, posiblemente no te dijo nada en sus aposentos porque simplemente no le interesó contarte.
Miyeon la miró enfurecida y sostuvo a su presa con mas fuerza.
—Se lo llevaré a mi gente
—Lo dejaras aquí.—Soyeon la interrumpió, bloqueando su camino— Eso es lo que harás.
—Eres una basura, Jeon Soyeon, igual que tu madre.
Soyeon tomó a la cazadora de su brazo lastimado una vez mas, y con mucha fuerza la retó, Miyeon no movió un solo musculo y ambas que quedaron quietas, retándose con la mirada.
Levantó su brazo para darle un golpe pero una voz se escuchó.
—Señora, la princesa esta despierta, vengo a informarle como me ordenó— interrumpió Dosie.
—¿Dónde esta?— Soyeon seguía sosteniendo a Miyeon del brazo.
—En el jardín de la reina, tomando el té.
—Puedes retirarte, Dosie.
Una vez se fue la doncella, Soyeon soltó a Miyeon, e hizo una seña a sus soldados para que la siguieran. La cazadora tomó a su presa y la echo a su espalda de nuevo, llevándola hasta la cocina del castillo.
Soyeon no solía ser una mujer violenta, ni mucho menos retener rencores hacía alguna persona, pero Cho Miyeon, Miyeon era todo lo que estaba mal, era un malestar diario, una carga insoportable para Soyeon. Pero no podía hacerle nada, no mientras Minnie siguiera protegiéndola de esa forma, tal vez era eso, los celos de que su matriarca le diera tanto protagonismo y/o atención a una simple deidisa. Una deidisa que traicionó a su propia gente, involucrándose con humanos. Cuando Soyeon misma se esforzó tanto para estar en donde estaba.
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LAS CRÓNICAS DE PHANJI: MISTERIOS DE TANHALLA
FanfictionPhanji es un universo desconocido, lleno de diferentes especies y seres divinos. En Tanhalla se encuentran cuatro reinos, divididos por avaricia, poder, ira y tempestad. La desaparición de un ser divino desatará una guerra entre estas naciones, la i...