No habrá miedos.

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Había sido una semana demasiado pesada para Jiang Cheng, debió haberle dicho a Zixuan que no le dijera a Wei Ying su ubicación real ya que este llegaría como el torbellino que es para verlo rápidamente, la ventaja que tenía fue el seguro de la puerta y la decencia del Jin al no entregar la llave.

Para su desgracia su hermano se había quedado casi todo el maldito día en la puerta mientras explicaba que Azúcar estaba bien, también le dijo que todas sus cosas ya se encontraban en el departamento que compartía con Lan Zhan y que sería bien recibido en aquel lugar.

Jiang Cheng solo pudo llorar contra la almohada durante todo el día, no podía dejar que su hermano lo viese tan vulnerable, tan inútil, prefería una y mil veces quedarse en casa del Jin hasta que su hermana volviera e irse a la casa de sus padres, la cual por cierto solo usaban para las vacaciones o situaciones en las que ninguno quisiera ver a nadie.

Wei Ying se iba por la noche, él mejor que nadie conocía a Jiang Cheng, mientras más presión ejerciera, más se cerraría al mundo y eso no era lo que buscaba, él quería que su hermano sonriera nuevamente, así que si solo podría hablar con él a través de la maldita puerta así lo haría.

Jin Zixuan lo ayudaba con su mejilla, le preparaba de comer y lo convencía de que se duchara cada día antes de dormir, mientras él hacía su cama con sabanas nuevas, cambiaba la funda de las almohadas y le dejaba pijamas limpias para que se arreglara, se encargaba de hacer la limpieza del cuarto en general y durante las mañanas abría las ventanas para que Jiang Cheng siguiera adelante, sabía que sería difícil, sería más complicado que aquella vez en la universidad cuando reprobó el examen de cálculo, pero él estaría allí para él como Jiang Cheng lo estuvo siempre para él.

Porque la relación de amistad entre Zixuan y Jiang Cheng tenía una larga historia de noches de desvelo estudiando, semanas de llanto por el estrés familiar que ambos vivían con sus respectivas familias y el cómo se entendían era increíble, porque qué mejor que tener un amigo que sabe lo difícil que es portar la corona de heredero en un mundo tan complicado donde hasta la vestimenta era revisada antes de que salieran de sus casas, la ventaja con Jiang Cheng fue que al morir sus padres, su hermana dijo que quería tomar las riendas de la empresa.

- A-Cheng, llamó A-Sang, quiere venir mañana a disculparse contigo por lo que pasó, dice que si no fuera por su gran bocota no hubiera pasado esto - Zixuan hablaba mientras terminaba de arreglar la cama

- Estoy harto de que todos me pidan disculpas, no fue ninguno de ustedes el que me dejó así la maldita cara, no fue ninguno de ustedes el que me tuvo en una relación llena de mentiras y secretos que fui tan estúpido para no notar, si quieren disculparse con alguien vayan y hablen con sus padres o alguna de esa mierda sentimental porque yo estoy harto de eso, es que hasta Lan Wangji se ha disculpado conmigo y yo la verdad que preferiría que me dejaran aunque fuera durante 24 horas solo, sino me he ido de tu casa es porque no me has dejado y porque estoy seguro de que el idiota de mi hermano me buscaría hasta debajo de las piedras para pegarse a mi como una sanguijuela chupa sangre - Jiang Cheng se dejó caer sobre la cama completamente rendido - mierda - soltó entre dientes, es que no importaba de qué lado pusiera su cabeza, ese golpe dolía inmensamente

- Es que todos sabemos que hasta cierto punto fue nuestra culpa, todos sabíamos lo que había pasado entre esos dos, todos sabíamos que Xichen aún no lo superaba, pero éramos tan idiotas como para decir o hacer algo al respecto - Zixuan se recostó al lado de Jiang Cheng, su mejilla seguía hinchada y morada, sus ojos demostraban lo mucho que lloraba diariamente - Yo quiero disculparme contigo por otra cosa - habló el Jin mientras se giraba para verlo mejor

- Habla rápido que me estoy durmiendo - gruñó Jiang Cheng mientras giraba su rostro para ver a Zixuan

- Discúlpame por no haber pedido tu mano en lugar de la de A-Li, discúlpame por haber dejado que Lan Xichen te golpeara y te engañara de esa forma tan vil... - Jin Zixuan veía como los ojos de Jiang Cheng se habían llenado de lágrimas

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