Capítulo 1

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FORKS HACE 11 AÑOS. 

-¡EIRA!, ¡EIRA!- La voz de Jacob sonaba en su cabeza. -¡EIRA DESPIERTA!- Como pudo sacudió a la niña de cabello castaño. -¡EIRA!- La niña en ese momento escupió el agua de sus pulmones. 

-Es-Estoy bien Jacob.- Habló débilmente. 

-Eira me asustaste.- El niño la abrazó fuertemente. -Creí que la marea no te soltaría.-

-Ella… ella me llamaba Jacob.- La niña con su dedo pequeño señaló el mar. -Era una voz dulce que me llamaba.-

-¡Es mentira no escuche nada!- El niño arrugó su frente a modo de regaño. -Jamás vuelvas a ir si te llama.-

-Yo...- 

-Por favor…- Él se aferró más a ella. -Pudiste morir.- Las pequeñas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos. -Si te pasa algo.-

El corazón de la pequeña niña latió fuertemente. Sus palabras la hacían sonrojar. 

-Eso no pasará Jacob.- Ella le devolvió el abrazo, quería hacerlo sentir seguro…



Mi cerebro me hizo regresar a la realidad, haciéndome despertar de golpe. -De nuevo ese maldito recuerdo.-

Una de mis manos se dirigió a mi frente, como era costumbre había sudor en ella. Mis ojos empezaron adaptarse a la oscuridad, la luz de la luna se asomaba en la ventana. 

Agitada me tiré de nuevo a la cama. De bajó de las sábanas me hice un bollito, tenía frío, pero si lo analizo mejor no era por eso que temblaba. Mi pasado llamaba a mi puerta y yo simplemente quería olvidarlo. 

-Por favor…- Coloque mis manos en mis oídos, quería olvidar su voz, esa voz que me hacía temblar al escuchar mi nombre en sus labios. 

(... No te vayas) 

Esas palabras sonaron fuertemente.

(Bella…)

-Te odio… - Desesperada patee las sábanas. La hora de dormir se había acabado, ya que la luna me llamaba. 

Mirarla por la ventana se convirtió en mi hobbie favorito. Tan lejana, tan grande, tan imponente. Rodeada de estrellas, exiliada de la órbita. Tan solitaria… ella era dichosa por el simple hecho de estar rodeada de silencio. 

Suspiré. -Es por culpa de Edward.- Mire por la copa de los árboles, su presencia frívola se sentía aún estando a kilómetros. Inconscientemente mordí mi labio inferior. -Dicen que uno piensa mejor de madrugada.- Me abracé a mi misma. 

-¿Qué es lo correcto?, ayudar al enemigo… ayudar al cara pálida no hubiera sido una opción tiempo atrás.- El saber que Edward era un vampiro al igual que su familia no me sorprendió, lo impactante fue que regresaron de nuevo a Forks y Bella se relaciono con ellos. Tanto así que la misma tristeza la consumió al momento de que el chupasangre la dejó. -Ahí comenzó a destruirse nuestra relación.- 

Miré de nuevo a la luna, un brillo azul la rodeaba esta madrugada. Decidida abrí la ventana, debía encontrar a Edward y decirle sobre mi decisión. 

Mis pies bajaron lentamente al suelo, la tierra húmeda bajo mi piel se sentía tan bien, me sentía libre; rápidamente las hojas secan razonaron en el silencio del bosque, una figura se colocó en frente de mi. Era Edward. 

-¿Lo pensaste?.-

Sus ojos cambiaron de un color avellana a un rojo intenso. 

-La cara de desesperación que tienes…-

-¡Eira!, esto no es un juego, ¿lo pensaste si o no?- El rojo intenso de sus ojos por un momento hicieron que tuviera miedo de él. 

-Te ayudaré, con una condición.- Ansioso esperaba mi respuesta. -Esta será la primera y última vez que te ayudo. Jamás en la vida me buscarás de nuevo, te olvidarás de que existo. ¿Comprendes?.-

-Comprendo.- Su mirada cambió drásticamente. 

-Bien, será mejor que regrese a preparar mi maleta.- mis pies se alejaron lentamente del suelo. 

-¡Eira!... gracias…- Me gire para observarlo, por un momento la luz de la luna reflejó esa piel brillosa que lo caracterizaba. 

ONCE HORAS DESPUÉS 

-Que tedioso es viajar en avión.- Mi cuello estaba adolorido, me había acostumbrado a volar por los cielos. Mis alas hacían que fuera a donde yo quisiera, sin necesidad de depender de aviones. -¿por qué no utilizas tu velocidad?.-

Él se dirigía a una agencia para rentar un automóvil. -Victoria podía haberme detectado, era mejor utilizar el avión, mi olor se puedes mezclar bien con las personales normales.-

-¿Qué chiste tiene tener súper poderes si no los puedes usar?.-

-Por favor calla y entra al auto, serán otras nueve horas para llegar a Forks.- Metió mi maleta y luego me abrió la puerta del copiloto. 

Las nueve horas restantes no fueron fáciles para mí, cada milla que recorría el auto significa que estaba cerca de enfrentar el pasado, que debía ser fuerte y no dejarme llevar por las emociones. Pensaba que no podía tirar un año y medio a la basura, ya que en ese tiempo aprendí a utilizar la cabeza y no dejarme llevar con el corazón.

-Podrías dejarme en casa de mi padre, quisiera verlo antes.-

-Lo haré, pero debes de ir a mi casa, en unas horas nos reuniremos para hablar sobre lo sucedido.-

Mi vista no se apartaba de la ventana, no quería escuchar sobre estrategias o enemigos de los Cullen y sobre todo no quería relacionarme con Bella. 

-Está bien.- Dije en un susurró. 

Lentamente el auto parqueo en frente de mi antigua casa. Ansiosa salí para jalar mi maleta. 

-Te veo luego.- Fue lo último que le dije al cara pálida. 

Me encaminé hacia la puerta, la patrulla de Charlie se encontraba estacionada, quería decir que estaba en casa. 

Con una gran bocanada de aire toque la puerta. 

-¿Quién es?- Papá gritaba desde la cocina. 

-Soy yo, tu hija Eira Swan.-

Retomando El Pasado (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora