𝙻𝚊 𝚎𝚝𝚎𝚛𝚗𝚒𝚍𝚊𝚍 𝚎𝚜𝚝á 𝚌𝚘𝚖𝚙𝚞𝚎𝚜𝚝𝚊 𝚙𝚘𝚛 𝚎𝚕 𝚊𝚑𝚘𝚛𝚊

127 25 1
                                    


–Idiota.

–Tus palabras me hieren. –dijo James con voz lastimera.

Aurora lo miró con severidad.

–No creo que las heridas que sientes sean por mí.

James trató de mover el brazo, pero apenas pudo hacer más que mover los dedos. Estaba en un hospital, casi sepultado bajo hechizos de monitorización y hechizos mágicos, y untado de pies a cabeza con un bálsamo para quemaduras de color azul iridiscente.

–¿Cómo iba a saber que un contrabandista de pociones tendría un erumpent y un dragón?"

Aurore lanzó una burla exasperada.

–No lo sé. ¿Tal vez un hechizo de detección? –Levantó una ceja de forma señalada. –O podrías haber analizado las protecciones o simplemente detenerte y darte cuenta de que la magia estaba diseñada para mantener las cosas dentro en lugar de fuera. No sé cómo pudiste graduarte con ese cerebro de liebre que tienes.

–Yo soy más del tipo práctico. –dijo él, moviendo las cejas de forma sugerente.

Aurore puso los ojos en blanco y suspiró.

–Bueno, no vas a meter las manos en nada hasta que termines de regenerar toda tu caja torácica y tu columna vertebral.

–Lo sé. Duele. –James gimió, con una expresión lastimera mientras la miraba con ojos muy abiertos y afligidos.

La cara de Aurore se arrugó por completo. Se acercó, sacó su varita y manipuló rápidamente todos los diagnósticos que colgaban sobre su cuerpo. Bajó la mano después de un momento, golpeando rápidamente sus dedos a lo largo de su varita.

–Estás con analgésicos a tope. El crecimiento de los huesos duele mucho. ¿Quieres que llame a alguien para que te noquee?

–No. Está bien.

Aurore se mordía el labio inferior mientras le miraba fijamente. Tenía la mitad de la cara embadurnada en el bálsamo azul para quemaduras, pero sus ojos verdes la miraban intensamente.

Volvió a meter su varita en la túnica y le tomó la mano con delicadeza.

–Déjame llamar a tu madre; debe saber que estás herido. Querrá estar contigo.

–No –James intentó sacudir la cabeza y se estremeció –. Estoy bien. Se asustará. Amenazó con dejar Hogwarts y unirse al DALM si terminaba en el hospital de nuevo, y si me ve así, probablemente lo hará. Nunca viviré si mi madre se convierte en mi compañera auror.

–Sin embargo, puede que vivas –dijo Aurore con voz cortante –. Eres la persona más descuidada que he conocido. Tu mamá morirá de un corazón roto si te matas haciendo algo imprudente. –Todo su cuerpo estaba tenso mientras frotaba su pulgar por la parte posterior de sus nudillos.

–Eres un absoluto idiota. –dijo ella por décima vez desde que le permitieron entrar en su habitación del hospital. La voz le tembló y lo miró fijamente.

James cerró los ojos y su pecho sin costillas se expandió de forma irregular mientras suspiraba.

–Lo sé. Me lo dices siempre.

Se quedaron en silencio.

Aurore permaneció junto a él durante varios minutos, observando atentamente su respiración y todo el diagnóstico de monitorización que le rodeaba.

Sus dedos se aflojaron lentamente entre los de ella, y su respiración se hizo más uniforme. Ella volvió a dejar la mano de él en la cama con suavidad.

La eternidad está compuesta por el ahora [𝙹𝚊𝚖𝚎𝚜 / 𝙰𝚞𝚛𝚘𝚛𝚎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora