Cuando sigues al Corazón

Conociendo una parte de los Guardianes Celestiales.

 Narrador omnisciente:

Un fuerte boom sonó fuera de la mansión en los antiguos terrenos Heartfilia Konzern, o más conocidos por los miembros del gremio Guardianes Celestiales como su base central o su gremio en sí.

En el patio de la misma cerca de una estatua en forma de ángel, conocida como la tumba de Layla Heartfilia madre de Lucy Heartfilia, dueña de los terrenos Heartfilia, se encuentra una mujer peli morada de ojos azules llamada Kara una Guardiana Celestial y aun discípula de Lucy dado que aún le falta entrenamiento.

Kara se apartó de la tumba contra la que estaba apoyada. Sus brazos cruzados cayeron a su lado cuando sintió el aire alrededor de ella con una carga de energia mágica. En un abrir y cerrar de ojos, una chica pelirroja de ojos rojos apareció frente a ella.

Un brillo dorado como si pequeñas estrellas saliesen de ella lamió su forma haciéndola parecer omnipotente y amenazadora. Su expresión se contorsionó en una ira apenas reprimida y su mirada se hizo eco de preocupación desesperada.

Pelirroja: -¡¿Dónde está ella?! (Su voz ronca)

Kara: - Tyler la esta aten... (No pudo terminar porque la pelirroja se acercó a ella agarrándola de su camisa levantándola tratando de amenazarla)

Pelirroja: -¡Donde esta ella! (Con cada palabra, su control se desmoronaba mostrando su preocupación y miedo.

De repente cerca de ellos apareció un chico peliblanco de ojos amarillos)

Peliblanco: - Amelia, más te vale soltar a Kara si no quieres que Lucy~Sama te mate por amenazar a su protegida (Dijo este serio acercándose a ellas, mientras Amelia soltaba a Kara para luego lanzarle una mirada al peliblanco, en su mirada prometía dolor, el peliblanco de haber sido en cualquier otro momento, se habría burlado de ella y le habría apretado los botones porque era raro en estos días ver a la pelirroja tan cerca de estar desquiciada)

Sabía que ella nunca pondría una mano sobre su nakama y menos de una que sea especial para su Lucy~Sama, pero en este momento no eran nakama. Ella era una hermana desesperada por ver a su hermanita herida y ellos eran los que le impedía verla.

La Maga oji azul sabía que la pelirroja estaba al borde porque en circunstancias normales debería haber podido captar el vínculo de su hermanita fácilmente. Sus sentidos le fallan bajo presión. Un resoplido los sacó de sus cavilaciones.

Amelia: -Keyler ¿Dónde está Maggie? (Dijo acercándose al peliblanco)

Keyler: -Puedes encontrarla allí (Usó su pulgar para señalar la ventana del tercer piso en la partes de las habitaciones de la mansión.

Sin otra palabra, alcanzó la puerta de entrada de la mansión sumergiéndose en esta para hallar a su hermanita.

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Amelia: -Maggie... (La vista que recibió le quitó el aire de los pulmones. Su hermanita yacía en la cama, su tez pálida y su respiración dificultosa. Debería haber venido antes. Había sentido algo extraño mientras trabajaba. Su cuerpo temblaba mientras luchaba por volver la cabeza hacia ella. Sus ojos rojos como los de ella brillaban con lágrimas y todo lo que podía ver era a ella. Ciertamente su hermanita era casi una copia de ella misma. En cinco zancadas estaba a su lado con su mano entrelazada.

Maggie: -Lo siento (las lágrimas corrían por su rostro) -Lo siento mucho.

Amelia: -No tienes que disculparte por nada (Apretó los labios contra sus nudillos) -Solo necesito que te concentres en mejorar. No queremos que Lucy venga a querer matar a alguien junto con Jace, y el llore a muerte cuando te vea aquí y no te allá podido proteger (Estas palabras solo la hicieron llorar aún más fuerte)