Anillos de Saturno

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“Quedate conmigo por favor...”
Estaré contigo siempre.”


Son las 7:00 a.m... SON LAS 7:00 A.M
NO NO NO NO NO, ¡VOY TARDE OTRA VEZ!
Me levanté demasiado apurado y salgo y lo primero que veo es a mi mamá con intenciones de ganarme el baño, bueno, al final ella me ganó el baño.
¡Ay ya! Mejor me voy a desayunar un bolillo con coca. En eso escuché que una notificación llegó a mi teléfono... Era Yugyeom, mi mejor amigo:

🤎:sigues dormido?   
             

🤍: Me acabo de despertar(٥↼_↼)

🤎: si vas a venir verdad?
                           

🤍: No tengo ganas(╥﹏╥)

🤎: no faltes poque sino, me voy a quedar solito(。•́︿•̀。)
                  

🤍: que me quedé en casa dice

🤎:ಠ_ಠ
                   

🤍:si no quieres que falte, déjame comer agusto ಠ益ಠ

🤎:¯\_ಠ_ಠ_/¯
                                           

🤍: que yaa!!!!XD)

Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina, empecé abriendo el refrigerador...¡¿Cómo de que no hay coca?!
Ahora abrí las puertas de la alacena...y tampoco hay bolillo ಥ‿ಥ
Osea, si hay, pero está todo tieso, parece un arma, siento que literalmente puedo sacar del universo si golpeó a alguien con esto...  al final me rendí, de todas maneras en las mañanas no tengo demasiada hambre, suelo comer algo ligero como avena, o simplemente tomo agua. Pero enserio que tomé ese bolillo, lo metí en una bolsa y lo guardé en mi mochila... lo llevaré por si acaso. Fuí de regreso a mi cuarto, y me arreglé; mi mochila estaba en la sala, así que solo volví a bajar para salir de casa. Me despedí de mamá y salí completamente de la casa, caminé por detrás de ella, el terreno tenía algo de pasto, el cuál estaba algo húmedo, mis zapatos se ensuciarían, pero siempre traigo un pañuelo, así que realmente no me preocupa. Llegué hasta la entrada del fraccionamiento, el vigilante me saludó, y escuché como el motor de una combi sonaba, así que empecé a correr hacia el otro lado de la carretera. Había otra señora y una niña como de primaria esperando también, asi que el conductor abrió la puerta y los tres subimos. Vivo a una de las salidas de la ciudad, al lado de un bosque y cerca de una presa, el lugar está en una meseta, por lo que la carretera que recorro cada mañana suele ser cardíaca por sus curvas; el transporte se metió por calles y colonias, algunas no estaban pavimentadas, por lo que más que levantar polvo, la combi luchaba en el lodo, y las calles que tenían una cubierta de cemento tenían baches, se subían demasiadas personas, con niños además, entre que unos se iban quejando por el chófer, los niños iban jugando, otros estaban todavía medio dormidos, wow, deberás que cada día me sorprende más a pesar de que no es la primera vez, no me acostumbro.
Después de meterse a 4 colonias, su recorrido normal, ya casi llegamos a la parada donde me toca bajar; crucé la calle y caminé otro poco más, para girar en la esquina e ir viendo cómo los carros avanzaban y se frenaban, las señoras se iban maquillando y los señores parecía que se quejaban de algo... Movían sus manos como si aventaran piedras invisibles y abriendo demasiado la boca... Parecen de mal humor. Muchos alumnos venimos solos a la escuela, pero también hay padres que todavía traen a sus hijos, y se hace una fila que gira y se extiende hasta la papelería de doña conchita que está casi a las dos cuadras. Y también los niños se siguen amontonando porque los profectos no les dejan pasar por incumplir alguna regla de uniforme o algo por el estilo, también están con las mesas afuera y los profesores checando mochilas. Pasé sin ningún problema, el maestro que me revisó si se sacó un poco de onda porque vió el bolillo, pero de qué por cualquier cosa me defienda con ello, a que traiga alguna otra cosa, si... Realmente creo que hasta gracia le dió, yo digo que pensó que era la torta del viernes, porque su mirada era un poco de asco, pero se dió cuenta de que no lo era, por eso sonrió. Iba tranquilo hacia el salón hasta que veo a Yugyeom recargado en la columna de metal cerca de la puerta del salón con los brazos cruzados acercándose a mi...
"Hasta que llegas, me tenías preocupao'
" Jugyeom, incluso si alguien me secuestrara ahora mismo, probablemente hasta los ayudes a cargarme"
"Eso no es cierto... ¡Imagínate! No me pagarán aunque los ayude ni diez pesos" dijo medio dramático.
" No me retes, que traigo una piedra en la mochila ಠ◡ಠ y no dudaré en usarla"
"Bueno ya, entremos..."
Me senté en mi lugar, empecé a a platicar con Yugyeom, después de 10 minutos tocó el timbre, todos mis compañeros se fueron a su lugar y el maestro entró...
"Bien jóvenes, abran su libro en la página 127"...

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