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La tomé de la mano y comencé a arrastrarla fuera de la librería, y aunque sabía que ella quería alejarse no se lo permití.

-No es necesario, amor- Intentaba persuadirme.

-¿Hace cuanto tiempo no compras algo para ti?- Sabía que había sido mucho. Ella siempre solía concentrarse en complacerme a mí y no a sí misma.

-Ese no es el punto. 

-Sí lo es- Aseguré con firmeza- ¿Quieres un disco de Lana del Rey o un beanie?

Lauren eligió el beanie porque no teníamos un reproductor para el disco.

-Te queda bien- La halagué mientras salíamos de la tienda con las manos unidas.

Y me alera que gastáramos el dinero en esa bonita prenda, pues no volví a comprarle regalos.

Nos encontramos con Ari y Gigi minutos después. Habían comprado varios discos de Taylor Swift y estaban peleando por quién los escucharía primero.

Dua llegó un poco después con unas cuantas decoraciones navideñas de segunda mano.

-Ha sigo un buen día- Dijo Dua.

Una vez leí que algunas personas creen que decir ciertas frases pueden traer mala suerte.

Supongo que fue la frase de Dua la que acabo con el "buen día".

Lo primero que vi fue a una anciana sentada en las mesas del área de comidas. Había un trozo de pollo en su plato y estaba tosiendo como loca mientras se cubría la boca con un pañuelo rojo. Supuse de inmediato que se estaba ahogando con algún hueso.

-Debemos ayudarla- Dije al verla, y de inmediato corrí hacia el lugar donde la anciana se encontraba.

Al principio Due fue la única que me siguió.

-Se ahoga- Jadeó mi amia mientras veía a la anciana caer al suelo y toser aún más.

Casi al instante ambas la sujetamos de los hombros y le dimos la vuelta. Dua retiró el pañuelo rojo de su boca y lo hizo a un lado dispuesta a realizarle maniobras de primeros auxilios.

Fue una mala idea, por supuesto, pues en cuanto hizo esto la anciana tosió fuertemente.

Cerré mis ojos al sentir un líquido caliente llenar mi rostro, y los abrí sólo cuando la curiosidad de confirmar mis sospecha se hicieron demasiado grandes.

Las motas rojas en el rostro de Dua me hicieron saber que era sangre, y el evidente temor en sus ojos me dijo que nos habíamos equivocado.

Jamás supe cuanto tiempo estuvimos mirándonos con temor mi amiga y yo mientras la anciana moría bajo nuestros cuerpos, pero creo que fue lo suficiente para alertar a Ari y Gigi, pues ellas corrieron hasta donde estábamos.

-¿Qué sucede?- Preguntó mientras tomaba el pañuelo rojo que había en el suelo.

-¡¿Por qué no la ayudan?!- Ahora era Gigi, quien nos empujó y se colocó sobre la anciana dispuesta a ayudarla con el hueso de pollo inexistente.

-¡No lo hagas!- Exclamé en cuanto pude encontrar las palabras.

Pero era demasiado tarde, pues la anciana volvió a toser y el rostro de Gigi se llenó con un montón de motitas rojas.

-¡¿Qué mier...?!- Preguntó asombrada mientras se limpiaba el rostro y miraba las gotas de sangre que habían quedado en la palma de su mano.

Y fue esa, una frase incompleta, las últimas palabras que escuché decir a mi amiga.

Fue entonces que oí los agudos chillidos de Ariana sobre nosotras.

Elevé la vista de inmediato, asustada. Mi amiga no había estado tan cerca como para quela sangre de la anciana llegara a ella, pero sus manos estaban completamente rojas.

Noté el pañuelo que sostenía y supe que me había equivocado al pensar que era rojo... En realidad, solo estaba lleno de sangre.

Y sí, Ariana también estaba infectada.

De repente escuché los pasos de alguien que corría hacia nosotras, y supe de inmediato de quien se trataba.

-¡No te acerques!- La detuve mientras ladeaba mi rostro para que pudiera verme y extendía mi brazo frente a mi cuerpo.

Ella notó la sangre de inmediato y se cubrió la boca en una mano. Sus ojos se cristalizaron.

-____- Sollozó sin aliento.

-No te acerques, Kendall- Supliqué de la misma forma, pues no quería infectarla. No quería verla morir.

Pero ella no me obedeció y corrió hasta donde yo estaba. 

Me besó tan lenta y pasionalmente que lloré contra sus labios, pues sabía que era el primero de los últimos besos.

-No voy a vivir en un mundo donde tú no estés, ____- Sentenció una vez terminado el beso. Y sus palabras se escuchaban ahogadas, y sus mejillas se habían llenado de lágrimas.

En el suelo, justo a nuestro lado, la anciana murió.

-Te dije que no me daba buena espina- Intentó burlarse.

Yo reí levemente porque sentí que debía hacerlo, pero de inmediato mis carcajadas se convirtieron en sollozos y enterré mi cabeza en su pecho.

Creo que Gigi, Ari y Dua también lloraron, pero realmente no lo recuerdo. Lo único que sé es que Kendall intentó permanecer fuerte asta que simplemente sus sollozos se unieron a los míos, creando una perfecta sintonía del dolor.

Los hombres de blanco llegaron minutos después, aislaron la zona, se llevaron a la anciana a la fosa común y nos realizaron las pruebas de detección del virus.

Me dejé pinchar primero porque sabía cuál sería mi resultado y tenía la mínima esperanza de que el de Kendall fuera distinto.

Pero ambas luces fueron rojas.

Nos ingresaron en el camión que nos llevaría al área de aislamiento antes de que tuviera tiempo de lanzarme a los brazos de Kendall para llorar por nuestra inminente muerte.

La parte trasera del camión era bastante oscura, pero aún podía distinguir las siluetas de mis deprimidas amigas. También podía apreciar los ojos cristalizados de mi novia, quien estaba a tan solo unos centímetros de mi cara.

Y fue ese momento en el que lo sucedido anteriormente golpeó mi mente con un fuerza tan increíblemente arrolladora que me hizo abrir los ojos de golpe.

-Voy a morir- Acepté con tristeza- Ellas van a morir- Continué.

Y jamás había sentido peor nudo en mi garganta que aquel cuando finalmente dije:

-Tú vas a morir.

Virus Letal- Kendall Jenner y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora