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Nos nos quedamos allí mucho tiempo porque el salón era un lugar bonito pero para nada acogedor. Cada una eligió su habitación y se fue a dormir. Obviamente yo iba a dormir con Kendall, lo cual quiere decir que aún queda una habitación más. 

Excelente. Aún queda una plaza para enfermarse. 

Dua nos deseó unas buenas noches, pero nadie le respondió. Ariana hizo bromas incómodas sobre la muerte y se marchó riendo. Gigi no emitió sonido alguno y se encerró en su habitación.

No recuerdo si caminé junto a Kendall a la habitación o me llevó entre sus brazos, pero me atrevería a apostar por la segunda. Estaba intentando asimilar como habíamos terminado allí, y mi cabeza solo estaba puesta en las cosas que rápidamente han cambiado. Creo que de haber caminado me habría caído. 

Esa noche abracé a Kendall fuertemente y nos permitimos llorar. Ninguna dijo nada, pero la conocía lo suficiente bien como para saber que tenía miedo. Ambas lo teníamos.

Y su miedo era mi miedo, y mi miedo era su miedo, así que las cosas eran mil veces peor.

No recuerdo en qué momento nos dormimos, y tampoco lo que soñé.

Lo único que sé es que al despertar Kendall me estaba abrazando y mis ojos dolían porque había llorado mucho antes de irme a dormir.

Al mirar el reloj suspiré.

Comenzaba el día dos.

Había un baño en la habitación. Kendall y yo intentamos ducharnos juntas e intentar fingir que nada había sucedido, pero nuestras lágrimas terminaron fundiéndose con el agua.

Los cinco pares de ropa eran demasiado grandes para mí, pero logré arreglármelas tomando una camiseta del bolso de Kendall y ajustando mis muy anchos pantalones con un cinturón. No me veía sexy, si no fofa, pero lo acepté porque no podía pedir más. Kendall terminó decidiéndose por vestirse con una enorme camiseta que le cubría lo suficiente y también el beanie que le "regalé" el día anterior. Creo que se veía increíble.

-¡Ken___! ¡A desayunar!- Escuchamos a Ariana llamarnos desde el exterior de nuestra habitación. Siempre nos llamaba así. Decía que usar nuestros nombres individualmente era solo una pérdida de saliva.

Salimos solo porque si Ari no nos mataba lo haría Dua.

-¡Nos han dado waffles!- Exclamó emocionada mientras se sentaba en uno de los sofás a comer- ¡Y tienen miel! ¡MIEL! ¡Estos deben ser los mejores waffles que he probado desde que el Virus Letal apareció!-

Yo intenté reír porque me daba pena el saber que solo le estaban dando aquella increíble comida porque iba a morir. No quería arruinar el pequeño paraíso de mi amiga. No quería que dejara de sonreír aunque fuese irritante, pues si Dua Lipa se rendía tendríamos que hacerlo nosotras también.

Kendall y yo nos comimos nuestro desayuno en silencio al igual que Ari y Gigi. Dua intentaba hacer chistes y contar historias, pero nadie le prestaba atención.

Fue cuando todos nuestros platos estuvieron vacíos que decidí hablar...

-No nos quedan más de treinta días de vida- Susurré a mis amigas.

Creo que yo estaba diciendo eso de una manera realmente deprimente, pues incluso Dua dejó de sonreír.

Virus Letal- Kendall Jenner y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora