"Yogurt de fresa" ㅡWoosan/Sanwoo

𝑼𝒏𝒐

San se había quedado sentado en la acera, frente a la entrada de la escuela, esperando a que su mejor amigo regresara de quién sabe dónde para que lo acompañara a su casa. Su mamá le había dicho que no podía regresar solo y a él le daba miedo hacerlo.

Empezó a impacientarse tras unos minutos. Miraba a su alrededor y no podía verlo. Ya ni siquiera había gente cerca y la calle solo estaba repleta de silencio. Estaba preocupado, pues empezaba a creer que le había pasado algo a Wooyoung. A su Wooyoung.

No sabía exactamente cuánto tiempo llevaba esperándolo, pero sentía que ya era demasiado. Fue ahí cuando recordó que su mamá también le había contado de unas personas que se robaban a los niños, así que asumió que quizás ya no volvería a ver a su amigo.

¿Qué le diría a la mamá de Wooyoung? ¿Y si regresaba solo a casa y también se lo robaban?

Abrazó sus rodillas cuando su vista se empañó a causa de las lágrimas.

—Sannie, ¿estás llorando? —La voz de su mejor amigo hizo que se sobresaltara, poniéndose de pie y enrollando sus brazos en el torso del más alto.

San se acurrucó en su pecho y siguió sollozando. Pronto, la camisa de Wooyoung estaba mojada con sus lágrimas.

—Pensé que te habían secuestrado, o que te habías perdido. —El niño de menor estatura hizo un puchero—. Sabes que no debemos separarnos. Me dió mucho miedo...

—Lo siento —se disculpó el menor, mientras rodeaba con sus brazos la espalda de San y lo apretaba con fuerza—. No llores.

—¿D-dónde estabas? —balbuceó.

—Fui a la tienda. ¡Te compré esto, Sannie!

Al nombrado le brillaron los ojos cuando Wooyoung lo alejó para mostrarle una de esas botellas rosadas sin las que no podía vivir: un yogurt de fresa. La tomó enseguida y se secó las lágrimas con la manga del suéter que su mamá le había obligado a usar, a pesar de que él tenía calor.

—¡Eres el mejor, Woonie! —gritó con alegría y se lanzó para abrazarlo de nuevo. Sus mejillas se tiñieron de rojo, al igual que las de Jung.

29/05/21
29/05/22