"Yogurt de fresa" ㅡWoosan/Sanwoo

𝑫𝒐𝒔

Wooyoung caminaba por los pasillos rumbo a su salón de clases. Cargaba su mochila en el hombro mientras guardaba el cambio en el bolsillo de su pantalón. Iba algo tarde pero, con un poco de suerte, no lo dejarían afuera. Había ido a la tienda de la esquina antes de clases, sin pensar en que siempre estaba muy llena a esas horas, y por eso tardó tanto. Ahora rogaba por llegar a tiempo, con el envase rosa escondido en su mochila.

Él conocía muy bien la obsesión de San con el yogurt, y más si era uno de fresa. Sabía que le encantaba desde que lo conoció, en la escuela primaria, y ahora que pasaron al siguiente nivel las cosas no habían cambiado. Siempre se le veía bebiendo uno en el almuerzo, hasta que la escuela prohibió que se vendieran productos demasiado azucarados en la cafetería para promover una buena alimentación en los jóvenes. Eso era basura para Wooyoung.

Corrió cuando vió que uno de sus compañeros se disponía a cerrar la puerta, entrando apenas después de que el docente terminara de acomodar sus cosas y pidiera guardar silencio.

Se apresuró a tomar su lugar, entrando de puntitas y agachado, tratando de no hacer ruido. Odiaba al maestro de química y no quería ser regañado por él enfrente de todos.

Se sentó y acomodó sus cosas, esperando el momento en el que el profesor le diera la espalda. Cuando lo vió escribir en el pizarrón, se giró hacia atrás y suspiró al ver a su mejor amigo observándolo.

—Pensé que no ibas a venir —susurró San, y apretó los labios. Su cabeza reposaba en su mano.

—Casi no llego, pero valió la pena. Tenía que traerte esto —dijo, buscando en su mochila. Con una sonrisa, le mostró a su amigo aquella botella tan familiar. La había comprado exclusivamente para él.

—¿Dos días seguidos? —San tenía un pequeño sonrojo. Sus dedos tomaron la botella y la llevaron hacia su pecho.

—Sí. Tal vez se me haga costumbre. —Wooyoung le guiñó y se giró para atender la clase.

Festejó en sus adentros. Esas reacciones lo hacían sentir satisfecho y provocaban que su corazón latiera rápido. No sabía por qué, pero lo hacían, y se sentía muy bien.

Ya era amigo de la obsesión de San, pero apenas empezaba a conocer la suya.

31/05/21
29/05/22