S.O.S.

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Desde la parte más lejana del mundo que no puedo llegar a ver, se escucha un fuerte llanto que hace a mi cuerpo estremecer. Viene de todas partes, de los cuatro puntos cardinales, está en la mañana y en el atardecer. Los gritos de ayuda de una madre herida y débil se extienden por el horizonte hasta llegar a nosotros, y no podemos decir que es un cuento aunque no queramos oír y nos hagamos los sordos.

Mientras la Madre Tierra pide un S.O.S la humanidad no responde y nuestra ignorancia crece junto con la riqueza que nos envuelve la mente. El mundo cae sobre nuestras cabezas en tanto que Tierra desesperada, nos golpea con fuerza para que abramos los ojos y nos demos cuenta que el peligro es grande y que nadie lo inventa, que el planeta sufre y su fin está cerca.

Los árboles lloran de tristeza cuando el hacha del leñador traspasa su corteza, cuando la desesperación inunda a cientos de seres que moraban en su interior. Pero ellos siguen dando oxígeno a la humanidad sin tener ningún rencor, parece que al contrario de nosotros, en el reino vegetal hay seres con corazón.

El mar, abrumado por las manchas negras que día a día aparecen sobre la faz de sus aguas, desde las profundidades saca sus fuerzas y abandona su calma. Muestra su poder destructor esperando que alguien lo mire, para que algún sensato sobre la corteza terrestre detenga la fuente de destrucción que flota sobre su superficie, y que la palabra “contaminación” de su existencia se elimine.

En las selvas del mundo se siente el constante grito de horror, de todos sus habitantes que sienten miedo cuando cazadores furtivos lanzan sobre ellos un amargo dolor. Destruimos la belleza de campos y bosques, somos como el despiadado fuego abrasador, que mata todo y no deja nada, solo cenizas y polvo sin ningún esplendor.

Esta madre enferma que pierde sus fuerzas todavía tiene un poco color, aún quedan retazos de belleza y brillo que no han sido borrados por la ambición del hombre y su constante deseo de alcanzar lo mejor. Porque día a día arrojamos al abismo todo lo bello que hay en la Tierra, que llora perdida en las manos de quienes no tienen amor.

Abre hoy los ojos y mira a tu alrededor, miles de ecosistemas necesitan tu ayuda para mantener su fulgor. Hoy es el día para hacer tu parte en salvar el planeta y que el hombre no sea el próximo que se pierda. Démosle una vez más el color que ha perdido para que nuestros hijos puedan habitar felices y que disfruten de las maravillas de un mundo vivo. Vamos a cambiar nuestro pensamiento y abramos nuestra mente para trabajar por la vida mientras tengamos tiempo. Curemos las heridas de la naturaleza para así salvar a nuestra Madre Tierra.

Herzbeben (Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora