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Se miraron fijamente. Un silencio demasiado incómodo entre ellos. Diego quería que la Tierra lo tragáse. ¿En que momento se le había ocurrido responder eso? No si al final sí que va a ser un gay reprimido. Cerró los ojos muy fuerte deseando que todo fuese un sueño y que cuando los abriese Javier estuviese jugando al fifa o algo.

Pero no. Cuando abrió los ojos se encontró con la misma escena de hace unos minutos. Y de repente, vió como su amigo comenzaba a acercarse lentamente a él.

El pánico creció en Diego. ¿Qué coño estaba haciendo? Intento parar a Javi.

-¿Estás borracho?- preguntó Diego agarrando la mano de su amigo, que iba camino a su bragueta. Esperaba que su amigo estuviese borracho porque sino no encontraba una explicación razonable para el comportamiento de Javi.

A decir verdad él mismo se sentía un poco verbo to be pero todavía confiaba en su racionalidad. No iba a hacer ninguna gilipollez.

-No.- contestó su amigo apartando la mano del otro y abriéndole la bragueta.

Por si no estaba tenso, ahora Diego se sintió como una estatua. ¿Por qué su amigo hacía esto? ¿Y por qué ese "no" sonó tan falso?

Pero cualquier pensamiento racional se vio nublado cuando Javi agarró su polla y la sacó del boxer.

Diego se quedó muy quieto, sin poder hacer ningún movimiento. La mano de su amigo era grande y caliente sujetando su miembro semi erecto.

No pudo hacer otra cosa más que mirar expectante a su amigo. Javier estaba observando fijamente la polla de Diego. Todo estaba muy en silencio, lo que no ayudaba a la incomodidad del momento. Muy despacio, Javi comenzó a mover su mano dando suaves caricias.

-Espera.- susurró Diego intentando reaccionar a la situación cada vez más surrealista.

Ignorándolo, Javi siguió con su trabajo, dando caricias un poco más duras. Diego cerró sus ojos, sintiéndose mejor de lo que debería. Llevó sus manos a su cara, tapándola. Sentía los movimientos de su amigo en su sensible miembro y por mucho que le costase admitir, lo estaba disfrutando.

Intentó no hacer ningún ruido extraño mordiendo su labio inferior. Javier, probablemente no muy consciente de sus acciones, se acerco a su cuello y empezó a besar y morder toda la piel de su amigo. Diego se estremeció y soltó un leve gemido esta vez sin poder evitarlo.

Los movimientos de Javi eran firmes y expertos trabajando su miembro. Y aquellos suaves labios lo estaban volviendo loco.

En pocos segundos la habitación se llenó de pequeños jadeos y gemidos. Diego esperaba que no fuesen muy altos porque sino sus vecinos sabrían lo que estaban haciendo. Pero de eso se preocuparía luego, ahora solo podía concentrarse en lo bien que se sentía estar haciendo eso.

Se sentía sobreestimulado, ya lo habían masturbado antes pero esto no se acercaba ni de lejos a cuando alguno de sus antiguos rollos o incluso él mismo lo hacía. Aunque no podía culpar a las chavalas, obviamente un chico estaría más familiarizado con lo que les gusta y lo que no.

Esta vez se sentía más intenso, como si todo su cuerpo rogara por caricias.

Su sensible polla palpitaba, sabía que no le quedaba mucho. La boca de Javi se separó de su cuello y Diego soltó un quejido. Se habría muerto de vergüenza si hubiese estado en sí mismo, pero en cambio trató torpemente de volver a pegar los labios del otro chico en su cuello.

- Un segundo. - le dijo Javi y con ambas manos agarró el borde de la camiseta de su amigo para quitársela en un rápido tirón.

El torso trabajado de Diego quedó expuesto. Javier se separó un poco para poder apreciar la maravillosa imagen frente a sus ojos. El chico frente a él estaba levemente sonrojado, su despeinado cabello caía por su frente creando un contraste entre las oscuras hebras y la blanca piel de su cara. Sus labios estaban entreabiertos y algo hinchados de morderlos para tapar sus gemidos. A Javier realmente le dieron ganas de besarlos.

Noche de Bros [𝔅𝔵𝔅] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora