Capítulo 4

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En cualquier punto debía ser capaz de gritar y hacerle saber a mis vecinos que necesitaba a ayuda.

Pero aun no llegaba ese punto.

Me quede quieta, el muchacho que estaba sentado en mi sillón, en mi casa y en mis nervios, estaba todo lo opuesto a mi: sereno.

O más bien, eso disimulaba.

- ¿Apenas 1000 canales? Vaya, que cavernícolas - bufo mientras seguía cambiando cada canal

Claro, yo crecí apenas con 90 canales y el dice que 1000 son de ermitaños.

Busque mi bat, el cual estaba más cerca de el que de mi, así que la opción era descartada. Vi la ventana y la salida de emergencia igual de lejos que mi oportunidad de escapar.

Mi voz no salía, no quería. Sentía que estaba en un nudo de miedo y tensión que impedía que pudiera ser libre e irme de este sitio con alguien que entrara rápidamente en la puert-

La puerta.

La vi de reojo, estaba más cerca que el y esa esperanza era suficiente.

Y con el miedo entre las tripas, salí volando a la puerta, aunque el muchacho no hizo nada para detenerme.

Frente a la madera, acerque mi mano al picaporte y salir de esta tortura, pero al roce con mi piel este me quemo. La quite rápido antes que me causara alguna quemadura.

- ¿Crees que te dejaría salir así de fácil? - comentó sin verme. Fruncí la mirada, ¿acaso había calentado el picaporte? - La ventana y las otras puertas están igual, así que yo tendría cuidado

Me quede sobando mi mano, la nueva información me decía que no tenia escape.

<<Zip>>

¡Mi celular!

Lo saque de mi bolsillo con la idea de llamar a la policía y el chico, simplemente me vio.

- Complicas todo - espeto exasperado

La pantalla del dispositivo se encendió y por lo visto no era mi día, porque el brillo era 10x veces de lo que cualquier celular podría tener y me tape los ojos tan rapido que lo bote.

Quede ciega, es lo mas seguro.
¿Acaso así iba a morir? ¿Con un chico guapo que de seguro me drogo con algo para hacerme parecer que no tenía escapatoria?

Estaba hincada, quejándome por la luz que me había cegado y los brillos que me atacaban repetitivamente en mi mente. No miraba nada, menos sobándome los ojos.

Curiosamente, sentí una brisa entrar a la habitación y una nueva voz.

- Tardaste demasiado - dijo el chico

- Dejaste un desastre allá abajo - comentó lo que era otra voz masculina - Era una simple fuga, no un intento de incendio a todo el edificio

- Al menos no estaría acá si hubiera funcionado

- "disimuladamente" ¿tengo que comprarte un diccionario?

Mi mente se clavó a una conclusión.

- ¡ustedes causaron la fuga de gas del restaurante! - chille levantándome y señalándolos

Vi al nuevo muchacho a ese si lo reconocía.

-¡tú eres el idiota de la otra vez! - y para colmo mi mente también recordó al primer muchacho - ¡y tu el barista con ojos bonitos!

- hey, ¿no que la estabas callando? - hablo el Barista. El idiota rodó los ojos y hizo un movimiento con su mano.

Este movimiento trajo consigo un colapso a mi ser, en donde mi boca se abrió en una perfecta O y de ella, salió un tipo de aire, igual que cuando la sirenita le quitaban su vo-

Both of RopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora