—Hola— salude a Mile por el teléfono. La había llamado para contarle todo lo que me paso y lo ridículo pero irreal que fue.
—Hola zorra, hace mucho que no hacemos videollamada— me dice mientras veo su cara atreves del celular.
—Ya... Pero bueno, no podemos hablar mucho porque en un rato nos vamos al centro a comer— le aviso para que pare de hablar y me deje explicarle todo.
Cuando llegue a mi casa hace unas horas lo primero que hice fue meterme a bañar. Todavía sentía el calor de los dedos de Mark en mi cintura y los recuerdos me hacían tener escalofríos bajo la templada agua. Cuando salí de la ducha y me cambie le había enviado un mensaje a Mile de que la iba a llamar para contarle algo.
—Ojala estar ahí. Playa, comida, mar, maromos. En fin, el paraíso— suspiro mirando hacia la nada.
—Justo de eso te quería hablar—le informe mientras jugaba con mis dedos distraídamente en mi regazo.
—Uyy, chismecito— dijo frotando sus manos entre si como si fuera una villana de Disney ideando un plan malvado.
—Bueno— hice una pausa y mire la pantalla en donde estaba. — ¿Viste que hoy después de hablar te dije que me iba a la orilla a escuchar música para disfrutar lo poco que me quedaba del día de playa?— ella asintió y me miro atenta— Estuve un rato ahí hasta que sentí que me miraban muy fijo y comencé a buscar de donde provenía la mirada, obvio disimuladamente. Cuando lo encontré me quede boquiabierta— dije con suspenso viendo como se ponía nerviosa.
—Por favor no me digas que era un viejo pervertido que te veía desde la distancia— me pidió y yo me reí.
—Nop, nada de eso, quien me miraba era Mark- abrió los ojos como platos al escuchar en nombre y yo me reí por su reacción. —Y ahí no termina todo— le dije y ella abrió la boca como una O al escuchar aquello— A su lado había un chico de maso menos la misma edad, rubio, con ojos verdes y muy musculoso— le dije y ella grito como una loca dejándome sorda.
—No lo puedo creer— me dijo poniendo su mano en su frente y tirándose en la cama dramáticamente.
—El chico rubio se llama Matt y supongo que es su amigo— le dije encogiéndome de hombros- Los dos me miraban y me puse super nerviosa porque un poco mas y me partían con los ojos-
—Define "partir"— hizo las comillas con sus dedos y nos reímos a carcajadas.
—Pero la cague— le dije cuando el ataque de risa se había esfumado. Ella frunció el ceño mirándome atenta. — Como me estaban mirando y no eran los únicos me puse una canción épica en los auriculares y empecé a caminar como una diosa empoderada hacia donde estaban nuestras cosas. Parecía que estaba en un pasarela modelando ropa— le conté y sus ojos brillaron de orgullo.
Si supiera.
—¡ESA ES MI AMIGA!— Grito orgullosa- Espera, entonces ¿Por que dices que la cagaste?- pregunta cuando nuevamente su ceño se frunce.
—Porque cuando estaba cerca de ellos un niño pateo una pelota y yo como estaba embobada con la sonrisa de Mark se me atravesó en el camino, la pise, y me fui de boca al piso. Y como si fuera poco, me doble en tobillo. — ella rio cuando escucho la historia. Seco varias lagrimas que se habían escapado de sus ojos gracias a las carcajadas y me miro de nuevo notando mi cara de pocos amigos.
—Perdón pero es gracioso- me dijo y se comenzó a reír nuevamente, solo que esta vez un poco menos — Lo arruinaste amiga-
—No lo arruine— le dije cruzando los brazos en mi pecho con aires de superioridad.
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Mas importante que mis libros.
Teen FictionMar pensaba que sus ultimas vacaciones familiares iban a ser de lo mas aburrido, nunca imagino que al entrar a una librería toda su idea de aburrimiento daría un giro de 180 grados.