Jaqueline prepara su cama para irse a dormir después de un largo dia de escuela, acomoda la sabana, desdobla su cobija de su banda favorita, mete su almohada en su funda, pero un golpe fuerte que parece ser de la puerta de la entrada se azota intencionalmente. Escucha discutir a su madre con su padrastro mientras enciende el auto para marcharse, la chica rápidamente apaga la luz y se acurruca en su cama para no escuchar algo que la pueda lastimar. Se coloca los audífonos para transportarse mediante su sueño a otro lugar donde se pueda sentir más segura.
Pero no lo logrará porque el intruso que se adentraba en su habitación por las noches, cuando sólo era una niña frágil de ocho años, abre nuevamente la puerta. Jaqui siente como un cuerpo mucho más grande que ella se posiciona por atrás, una fría mano toca su pequeño vientre, su piel reconoce ese tacto, esas sucias huellas que han marcado su cuerpo durante todos estos años, siempre vuelven a ella como causa de una pelea matrimonial. La chica muerde sus labios para aguantarse las ganas de llorar, los dedos de dicho intruso recorren la entrepierna de la joven haciéndola estremecer de un placer extraño, que la hace sentir culpable.
El hombre que ha robado la inocencia de la pequeña durante años, se abrocha el pantalón mientras sale de la habitación con una sonrisa cargada de maldad. El cuerpo de la joven tiembla sin parar, llora en silencio con la mirada perdida dentro de la oscuridad de su habitación, donde se ha perpetuado el acto brutal. <<Ya no puedo con esto>> piensa Jaqui.
Cierra la puerta con seguro cosa que le hubiera encantado hacer desde el principio. Ordena algunas prendas de ropa que se encontraban en el suelo, coloca sus libros escolares en su estantería, arregla nuevamente su cama esta vez percatándose de las manchas de sangre y orina en sus sabanas, las cubre con su cobija. Se desviste con rabia quedando desnuda frente a su espejo. Detesta ver su reflejo, toma su cajita donde se supone que guardaba sus pulseras, pero realmente esconde sus navajas de afeitar. Pasa la punta fina por su piel en diferentes direcciones, eso es lo menos importante, toma un frasco de pastillas que tenía guardada desde hace tiempo para cuando las llegara a necesitar y ese dia ha llegado.
Danna observa la hora en su celular, ya casi es hora de salir a receso y le extraña que haya faltado su amiga Jaqui, ella nunca falta a ninguna clase o por lo menos siempre les avisa a sus amigos para que le comenten al maestro en turno. Esmeralda observa a Sergio frustrado por intentar contactar a su amiga por llamada, pero sólo escucha la contestadora del otro lado,
─No me contesta las llamadas─ dice Sergio muy enfadado, las chicas intentan llamarle sin ningún éxito, pero Esmeralda recuerda haber guardado el número de su madre y procede a llamarle. La chica camina alejándose de los preocupados adolescentes que desesperados por saber qué es lo que pasó le hacen señas para que se apresure.
La joven se acerca con su rostro pálido y las manos temblorosas por lo que le acaban de decir en la llamada.
─¡No mames Esme! ¿Qué pasó? ─ dice Danna muy alterada.
─Jaqui intentó suicidarse─ dice Esmeralda en un susurro con voz quebradiza y los chicos muy conmocionados con la noticia se unen en un abrazo para procesar la desgarradora noticia.
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CRECER AGRIDULCE ©
Ficção Adolescente¿Recuerdas a tu primer amor? ¿Tu primer beso? ¿Tus primeros amigos? Amores platónicos... Danna es una chica enamorada del amor. Tiene problemas para socializar pero ha logrado sobrevivir al primer año de secundaria hasta que conoce a Yahir. Un chico...