Eres mi mejor amigo

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Para ti, mi mejor amigo:

Hay muchas cosas que me habría gustado poder decirte antes de que todo esto pasara. Tenía incluso una lista para no olvidar ninguna, para poder dedicarte cada uno de mis sentimientos. Supongo que ahora esa lista es ceniza en las brasas, palabras que quedaron olvidadas en el aire y que no encontraron un lugar en el que asentarse.

Todavía no sé por qué estoy escribiendo estas cartas cuando sé que solo te dolerán, no ganarás nada más que sufrimiento leyéndolas. Aún así, supongo que quiero dejar mi huella en el mundo una última vez. ¿Te parece bien, Katsuki? ¿Leerás los que seguramente serán mis últimos pensamientos?

Cuando llegué a la U.A. temía no ser suficiente, no tener lo que se necesita para ser un gran héroe y poder salvar a las personas. Dudé durante mucho tiempo en si entrar o no, como ya sabes al final Crimson Riot me dio la fuerza necesaria para entrar y... Te conocí, Bakugō. Parecías la típica persona que pensaba que los demás eran inferiores a él, que podía comerse el mundo de un bocado y que le daba igual a quien llevarse por delante.

Te temí durante unos días después de ver como actuabas con Midoriya. Tenía tanto miedo que las piernas me temblaban y, cuando acabamos solos enfrentando a los villanos, pensé que abandonarías a todo el mundo con tal de salvarte. No eras así en absoluto, siento haberte juzgado.

El resto de historia ya la conoces; como dejé de temer y me lancé a ser tu amigo, ¿tu mejor amigo? Eso eras para mí, pero no puedo hablar por ti.

Ser mejores amigos es un vínculo, algo que te une a otra persona con tanta fuerza que es incluso aterrador. Cuando me di cuenta de que para mí eras mi mejor amigo, sentí que mi alma había quedado atada a la tuya. ¿Tú también lo sentiste? Espero que sí, Bakugō, habría sido bonito que alguna vez me lo hubieras dicho.

¡No te culpo por no hacerlo, no me malinterpretes! Cada persona es un universo, tuve suerte de conocer cada pequeño satélite que conformaba el tuyo y gracias a ello descubrí que a veces sentías más de lo que expresabas. ¿Tú también fuiste feliz a medida que me ibas descubriendo? A veces me gusta pensar que sí, que sentías lo mismo que yo.

Nuestra historia como mejores amigos es algo corta y bastante complicada, nunca supimos superar el abismo que en realidad nos separaba. Fue culpa mía, debí haber dado el salto en vez de tratar de hacer que tú tomaras toda la responsabilidad por los sentimientos que albergaba en mi corazón y que tú desconocías.

Estaba vacío antes de conocerte, había algo que siempre había anhelado y que hallé cuando nos hicimos amigos. Cuando te alejé de mi vida, no volví a ese vacío anterior a ti. Fue peor, mucho peor, y donde antes había un vacío ahora estaba un corazón roto.

¿Cómo estaba el tuyo, Bakugō? ¿También te dolió nuestra separación? Espero que no sufrieras demasiado, aunque supongo que fui el único de los dos que notó como cada pequeña parte de nuestra amistad caía mientras mis sentimientos crecían.

A veces deseo no haber sido como era, haber hablado de una vez y no haber jugado a las adivinanzas con algo como aquello. Tu amistad era más de lo que podía pedir, ahora lo veo...

Todavía te extraño, Bakugō. Ahora es tarde para decirlo y cuando leas esto será imposible arreglarlo, aún así creía que era necesario decírtelo.

Te dedico cada uno de mis pensamientos a lo largo del día, te regalo todos mis deseos y solo me gustaría verte sonreír una última vez antes de que yo vuelva a estropearlo todo.

Perdóname por no habértelo contado, ¿sí? Creí que no te interesaría el que tu viejo amigo fuera a una misión tan... ¿arriesgada? No sé ni cómo definirla. Suena casi a un suicidio, y por eso mismo te escribo estas cartas. Aunque ahora deseo haberte visto una vez más antes de lanzarme a esta locura, ya es tarde para todo. Solo me quedan estas hojas y un bolígrafo que a duras penas podrá reproducir todas mis palabras.

Leerás esto cuando ya no esté, Bakugō. Dedícame solo un último momento para que me pueda marchar en paz, pero no me llores. No te culpes por nada como sueles hacer, tampoco supliques que todo sea una cruel broma... Es la realidad, Bakugō, conmigo se acaba nuestra historia.

Cuando esté a punto de caer, pensaré una última vez en el día en que al fin conectamos, ¿te parece bien? Serás lo último en lo que piense, te llevaré grabado como un tatuaje en mi memoria.

Esta carta es para ti, mi mejor amigo. Para que sepas que aún tras todos estos años eres la persona que mejores momentos me ha dado.

Quedan tres días para la misión, si todo sale bien no llegarás a leer estas palabras. Si las estás leyendo, lo siento...

Del que algún día fue tu mejor amigo,
Kirishima Eijirō.

Para ti, una última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora