La llegada #1

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He me aquí cayendo de nuevo en el vacío con la mirada perdida en la luna en pleno día soleado, viendo hacia aquella punta del acantilado donde estaba hace unos segundos. En ese lugar se encontraba el causante de mi caída.

Cuando la nota más alta de aquel piano que sonaba de fondo se tocó, el impacto contra el agua se dio por hecho y la presión me hizo bajar sin compasión.

¿En qué me parezco Alice?

La respuesta es sencilla, las dos siempre andamos cayendo en mundos extraños e imaginando cosas que nunca estuvieron en la realidad, en eso damas y caballero me parezco Alice.

Solo ella y yo podemos imaginar una noche tan fría en un día tan cálido.

—podrías parar de mirarme, me pones incomoda —nuestras miradas se conectaron por el retrovisor

— lo siento querida ¿en qué piensas?— dejo de mirarme para fijar su vista en la carretera.

— no mucho— me  encogí de hombro, no quería hablar sobre mis pensamiento y mucho menos con alguien con una mente tan cerrada como mi madre, pero al parecer ella no capta indirecta. 

Bueno al menos la mía. 

Su mirada seguía en mi, ella sabia que odiaba que me miraran mucho y lo tomaba como un arma para saber todo lo que quería , claro esta nunca se percataba que siempre mentía,  como estoy apunto de hacer.

—¿Sabes mami?— use un tono infantil, era hora de empezar el juego de madre e hija—estoy muy emocionada por esto de mudarnos, tu sabes, empezar de cero, conocer nueva personas e incluso podre ir a la universidad...

Y ahí estaba mi carnada.

Ella me miro confundida, esa confusión donde le haces creer a la otra personas que no sabes de que habla, pero que en el fondo esta muriéndote de risa y diciendo "cosita" 

— Oh Ness no te lo dijo —negué. desde cuando me dicen cosas importantes —Ambos tomamos la decisión de que tomaras clase en casa, hasta que te acostumbres al nuevo entorno —comento desde el asiento mientras que con su dedo índice golpeaba lentamente el volante, como siempre hacia cuando sugería algo, asentí— me alegra que esté de acuerdo pequeña.

¿Qué este de acuerdo? ¿acaso hay otra salida? Porque si la hay, dime y la tomo.

Voltee la mirada hacia la venta que estaba a mi lado, no me sorprendía en lo más mínimo que ellos dos hubieran tomado esa decisión sin consultarme, ya me había acostumbrado a los hilos que rodeaban cada parte de mi cuerpo, eran tan hermoso y a la vez tan filosos que me cortaban la piel si me oponía al manejo de los titiriteros.

repasemos todo... 

Mi madre se llama Yensil Danleth, una guerrera que estando sola saco a sus dos hijos adelanté después de la muerte de su querido esposo, ha sufrido como todos y sonreído como nadie, ella es digna de ser mi ejemplo a seguir, pero todo había cambiado después del accidente y aunque lucia como la madre perfecta todo el tiempo,  cuando el telón baja y la función se acaba, ella volvía escribir los guiones para el día a día su muñeca favorita que poseía hilos, era toda una ventrílocua, no le importaba mi opinión sobre lo que yo pensaba que estaba bien para mi vida, solo estaba bien lo que ella quería, y yo, no me atrevía a contradecía.

 ¿por que?

 simplemente quería evitarme peleas con la mujer que me ha dado la vida y ha luchado para sacarme adelante, en parte sentía un amor profundo y por otro lado sentía que le debía algo.   

—Ya llegamos  —pregunto mientras se frotaba los ojos

— No, pero ya casi —contesto mama con una amable sonrisa.

A R H G E LDonde viven las historias. Descúbrelo ahora