—¿Se-señorita... Yin Yan? ¿E-es usted?
—Ciertamente, lamento si te desilusioné.
—N-no, no es eso, es solo que me sorprende un poco, nada más.
—Jijiji —la señorita Yin Yan puso su dedo índice en su mentón mientras dejaba salir una pequeña risilla. —Oye tomatito...
—¿S-Sí?
—Debes estar cansada ¿no?
—N-no se preocupe por mí, estoy bastante bien.
—¿Es así? por qué no te das un baño caliente y ya luego te terminas de instalar? —La señorita Yin se había puesto sin aviso alguno detrás de mí, poniendo sus manos sobre mis hombros, en ese momento mi pulso cardíaco se aceleró de sobre manera.
—Y-Yo no creo que esto sea...
—Tranquila, Tranquila... no pasa nada tomatito, el agua de aquí está deliciosa.
—¡¿DE-DELICIOSA?!
—Ujumm... —asentía la señorita Yin mientras me empujaba suavemente hasta donde se suponía que estaba la ducha con una delicada sonrisa en sus labios.
«¿Qu-qué...? ¿me acompañará hasta el baño? ¿Eh...? ¡¡¿EEEHHHHH?!!»
En el baño, ajutatai u/////u*
Una vez yacía sentada en la tina del baño, pensamientos y preguntas comenzaron a acaudalar mi mente.
—De entre todas las estudiantes de aquí... ¿me tenía que tocar la señorita Yin? —mi mente era como un barco dentro de una tempestad que no hallaba madera de orientarse en las tormentosas aguas de mis pensamientos...
—Huh...
Swashh* —Eché salpiqué agua sobre mi rostro en un intento de centrar mis pensamientos.
—¿Qué me pasa? Le estoy dando demasiadas vueltas al asunto. No tiene nada de malo que la señorita Yin sea mi compañera de recamara, ¿verdad...?
Recuerdo:
—Mejillas sonrojadas, pupilas dilatadas y a juzgar por tu rostro un ritmo cardiaco acelerado. ¿Eso significa que estás enamorada?
—¿Q-Qué? ¿E-enamorada? ¿Por qué dice eso tan de repente?
—Así que eso es un "sí" ¿eh?
—¡YO NUNCA DIJE ESO!
—Jeje Tranquila no te ofusques, solo es una broma, supongo que a lo que puedes llamar "romper el hielo"
Fin del recuerdo:
—Me pregunto... qué clase de pestañina usará, tiene unas pestañas muy lindas y cuidadas...
—Nagisa... —en ese momento sin previo aviso me sobre salté y mi corazón palpitó con fuerza.
—Dí-dígame, señorita Yin...
—Te dejaré una toalla aquí ¿vale?
—¡Mu-muchas gracias!
—No quise ser grosera y buscar entre tus cosas, así que te dejé una mía, ¿no tienes problema en que la haya usado ase un momento? Es que solo tengo una.
—...
—¿Nagisa?
«¿Una... toalla suya...? ¿No es nada malo verdad? y, sin embargo... ¿por qué diablos mi pecho está entumecido? ¿EH? ¡¿Y por qué mi rostro está rojo?!» —pensaba mientras me miraba en el espejo pegado al techo de la tina.
—¿Nagisa, estás bien?
—Yo... sí... estoy bien, muchas gracias por el gesto —tras contestarle sumergí mi rostro en la tina e hice burbujas.
«¿Me habré equivocado al programar la temperatura?»
Salí de la tina y tomé la toalla que minutos antes Yin me había dejado y procedí a secarme el cabello frente al espejo del lavabo.
—Céntrate en lo que es importante, maldita sea... no viniste aquí a jugar.
«Ella es mi compañera de instituto, mi compañera de cuarto, mi hermana, mi prójimo, y aun así... ¿por qué me hace sentir tan extraña? ¿qué es este sentimiento?»
—¿A este sentimiento no se le llama atracción sexual?
—Sería demasiado frívolo llamar así a este sentimiento.
—¿En qué se diferencia al amor que sientes por mamá?
—... yo no... de alguna manera es distinto.
—¿Y qué sientes por Pierrot y Lyra?
—Son mis hermanas, las amo en Cristo Jesús...
—¿Y a Yin no la amas?
—Claro que la amo...
—¿Como a hermana en la fe?
—¿No lo sé, debería ser así o no?
—¿Quieres tocarla?
—No...
—¿Estás segura?
—...
—El pecado es tan fascinante, se supone que es algo "malo..." pero los humanos lo encontramos tan atractivo a la vista... al escucharlo... al tacto...
—Huh...
—Oye... ¿acaso no te gustaría que ella te tocara a ti?
—...
—Jiji son tan divertidos los humanos... no les basta con mentir a los demás, sino que la mayoría de las mentiras se las dicen a sí mismos... ¿pero es divertido o no? lo que está prohibido es apetitoso ¿verdad?
—¿Qué, eres el diablo o qué?
—¿El diablo? Sí que somos patéticos ¿verdad? El diablo es solo una excusa que usamos para justificar nuestros deseos más bajos sin hacernos responsables de ellos, en vez a simplemente aceptar que somos unos enfermos, le echamos la culpa de esos sentimientos a algo intangible, llámalo diablo, llámalo dios...
—Eres fastidiosa. Desaparece de una vez, ¿quieres?
—Pero el agua está muy agradable... ¿no me puedo quedar un rato más?
—Jaja no, no puedes. Ahora lárgate.
—Muy bien... qué amargada eres, así nunca le gustarás a Yin...
—Jijii... tal vez... —me había quedado sola nuevamente en aquel cuarto de baño.
—Esta toalla... huele muy bien... «¿Este es el olor de la señorita Yin?».
Continuará... Kyaaaa u/////u
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El Rosario del Amor uwu
RomanceNagisa shigure es una chica con un sueño, servir al Señor en cuerpo y alma, es por esa razón, y por un pasado doloroso, por el cual ingresa al instituto femenino Religioso "Santo Tomás" pero en camino a su primer día de instituto se encuantra con un...