Capítulo 30

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Hola! Gracias por acompañarme hasta acá, más tarde voy a estar publicando también el epílogo, espero que hayan disfrutado de esta historia que amé escribir, espero sus mensajes.
Saludos!
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Cuando llegó el día Peter me acompañó hasta el quirófano, él estaba muy nervioso, mientras, yo estaba adolorida.
Grité, le clavé mis uñas a Peter y apreté fuertemente su mano.
Pero todo valió la pena, escuché su llanto y me sentí aliviada.
Cuando apoyaron a nuestra bebé sobre mi pecho no pude contener las lágrimas.
-Es Allegra mi amor-Peter me sonrió, estaba emocionado, lloraba sin control, ambos llorábamos sin tener control alguno.
Él besó la manito de nuestra hija y después fu frente, se la quedó mirando en silencio, no hacían falta las palabras para describir algo así.
Peter besó mis labios y después de darle la teta a nuestra Allegra me quedé dormida.
La primer noche nuestra hija durmió como una reina.
-Siento que va a tener tu paz y tu dulzura-le susurré a Peter al salir de la clínica.
Fuimos hasta nuestro departamento momentáneo, ya habría tiempo para mudarnos definitivamente.
Igualmente decoramos la habitación de nuestra princesa, estaba llena de globos, ositos de peluche y cartelitos con los mejores deseos, mis amigos y los de Peter eran unos genios.
Peter la acunó en sus brazos y mis ojos se volvieron cristalinos, había soñado tanto con esto, con verlo a él fascinado, lleno de amor para darle, él me atrapó mirándolo, me sonrió.
-¿No te pasa que no podes creer que tuviste a una persona tan chiquita y hermosa en tu panza?-Peter elevó sus cejas, ambos estábamos parados frente a ella después de dejarla en la cuna , ahora ella era la protagonista de nuestra historia, porque sí, ella se había transformado en eso.
Asentí con la cabeza esbozando una sonrisa, me abrazó y me besó la frente con dulzura, yo hice lo mismo con sus labios.
Nos apartamos de la habitación de Allegra.
-¿No te parece mucho dejarla solita su primer noche en el depto? Sufro Peter-me puse medio mal.
-Es para que se acostumbre..
-¿Podemos intentarlo más adelante?-elevé mis cejas- la necesito cerca.. Por favor Peter-le hice ojitos y el se rió.
-Bueno-terminó aceptando.
Llevamos su cunita a nuestra habitación y ella ni se enteró de eso, dormía como un angelito.
Peter me sostuvo de la mano y ambos nos metimos en la cama.
-Mi amor, La-Peter me llamó, elevé mis cejas-¿hay algo de lo que te arrepientas?
Tomé aire y suspiró.
-Sí.. de muchas cosas, pero al mismo tiempo no.. Si no hubiese pasado por todo lo que pasé no estaríamos los dos acá-le hice una caricia en una de sus mejillas, él cerró sus ojitos relajándose, después los abrió para mirarme.
-Yo también... Se también que los dos sufrimos mucho pero.. Pero si hubiese sabido que este iba a ser el verdadero final no me hubiese importado nada, Lali en vos encontré a la mujer de mi vida, mi compañera-elevó sus cejas- la personita que me alienta en el día a día para seguir con mi trabajo, la que hace que me olvide de la rutina.. Gracias mi amor por haberme despertado muchas cosas..
Mis ojos se volvieron cristalinos y lo abracé.
-Te amo Peter-rocé mi boca sobre su cuello y  dejé un besito ahí, después busque su mirada-sos.. Sos un sol amor mío.. Y no miento al decirte que iluminaste mi vida.. Iluminaste mi vida Peter, lo hiciste y no pude seguir con nada de lo que había planeado.. Me enamoré-besé con cuidado sus labios- y eso hizo que me sintiera viva nuevamente.. Gracias por tantas cosas, tantos momentos lindos, tantas locuras-me reí al pensar nuestros viajes fugaces, el falso compromiso y la verdadera boda.
-Te amo mi chiquita-me lo susurró dulcemente en el oído.
Peter hizo lo que en el último vino haciendo desde que decidimos no volver se pararnos, se quedó dormido abrazándome, no me quejé de que me dolía todo el cuerpo, simplemente intenté dormirme así, porque lo necesitaba, se transformó una parte mía.
Cuando me quedé sola en la vida sentí que se me había perdido una pieza de un rompecabezas, que faltaba un tornillo, que estaba rota en mi interior. Todo eso cambió cuando conocí a Peter, poco a poco y sin darse cuenta me ayudó a no estar quebrada, dejé mi pasado atrás y solamente quise vivir el presente.
Ambos nos equivocamos en varias cosas, y eso también va a seguir pasando, somos humanos, no robots.
Pero todo lo que pase vamos a solucionarlo desde el lado del amor, no volvimos a pelear, no volvimos a pensar de forma egoísta, simplemente vivimos el presente, y junto a eso todo lo malo pasó a ser parte de otra historia que no nos pertenecía.
Acaricié la mejilla de mi Peter sonriéndole, sí, mi Peter, mi amor, mi todo. Besé la punta de su nariz y sonreí.

Después de que  Allegra cumpliera dos meses la llevamos al campo de mi familia, ella estaba encantada con los ruidos de la naturaleza, buscaba con su mirada a los grillos sin saber exactamente que bichos eran, Peter uso mi polaroid y me sacó varias fotos, Allegra recostada en el pasto, Allegra acariciando un caballo, ese fue un regalo de Peter, esta loco.
Y por último Allegra entre mis brazos, yo cantándole para que se duerma, cuando lo hizo me quedé mirando el atardecer, me fue inevitable no pensar en mi papá, me dio penita que haya pensado lo peor de mi mamá, que se haya ido de este mundo sintiendo mucho dolor. ¿Porque el destino lo quiso así?
Peter rodeó mi cuerpo con sus brazos y se quedó admirando la naturaleza conmigo.
Tal vez todo pasó para que con Peter tengamos este presente, tal vez estaba escrito en el destino al cual después de tantas cosas le tengo mucho respeto.
Peter besó mi mejilla y le sonreí, dejé de pensar, nos abrazamos, escondí mi cara debajo de su cuello.
No nos soltaríamos más, nunca más.
Desde el primer momento en realidad los dos lo sabíamos, íbamos a terminar juntos, aunque me lo negué por suerte no fui tan ciega, yo enamoré a Peter Lanzani y Peter Lanzani se enamoró de mi.
Ambos nos quedamos bailando cuando encendimos la chinenea de la casa de campo, abrazándonos, dándonos besos y mimándonos.
Nunca necesite nada más, solamente que me despertaran para que pueda ver que la vida sí es bella, que las cosas pasan, pero sí se puede sanar, con amor pudimos sanar, y ahora tenemos a la más grande de las alegrías en nuestras vidas: nuestra amada Allegra.

En mi esenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora