Capítulo 19| Muerte.

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Maratón 3/3

Jackson.

Salí de la clínica para cómprame un café, los de ahí sabían a mierda. se me hizo imposible salir, ya que la puerta de entrada estaba atestada por los de la prensa. El nuevo encabezado.

"La princesa Gabucci en coma"

Estos buitres no respetaban el dolor ajeno y peor era la persona que filtró esa información tan delicada. No tuve otra opción que salir por la puerta trasera. Cuando llegue, en la puerta me esperaban unos ojos azules que corrieron hacia mí, me agache y la cargue con un solo brazo, una pluma pesaba más que mi hermana.

—Hola—me mostro sus pequeños dientes y luego me dio un beso—mamá te tajo ropa—trate con todo mi ser no reírme. Mire hacia delante y ahí estaba mi padre con Mónica. Camine hasta ellos y deje a Julie en el suelo.

—Hijo...—mi padre se acercó y me abrazo con todas sus fuerzas, necesitaba esto, hace unas horas le conté lo ocurrido y vino en cuanto pudo, me soltó y mire a Mónica, salude y ella me extendió mi bolso con ropa.

—Gracias—le di un sorbo a mi café y caminamos hacia la sala de espera, en cuanto entramos vi el rostro de mis amigos, también estaban los amigos de Camille.

La madrugada de ayer fue una de las peores de mi vida. La chica a la que había expresado mi amor, abierto mi corazón y mostrado mis sentimientos, la chica que le prometí cuidar estaba en coma por mi culpa. Hace unas horas el señor Gabucci que siempre fue amable conmigo, no como su esposa, me dijo que lo acompañar a la habitación de su hija, camine al lado de él y de Alec pero en cuanto llegue y vi todos esos cables que estaban conectados a su cuerpo me di la vuelta y salí corriendo.

En la sala algunas personas charlaban, pregunte por Ashley que hace unos minutos estaba aquí, me dijeron que estaba con Camille en la habitación. Nunca me imaginé que nuestra primera interacción sin querer matarnos fuera esta. Me estaba por acercar a charlar con Alec, pero por el pasillo se escucharon gritos que venían de la habitación de Camille, su padre se levantó y salió corriendo para ver qué pasaba, unos minutos Ashley salió por el pasillo siendo empujada por una enfermera vino a nosotros, la mire y su cara era absoluta tristeza. Levantó la cabeza, me miró fijamente y negó.

Quisiera no haber entendido a la primera. Me esperaba cualquier cosa menos eso. Todos miraron el aspecto de Ashley y dedujeron lo que había pasado. Cerré los ojos y me fui a momentos felices, donde la muerte no me había arruinado la vida.

La playa, a mamá siempre le gustó la playa, todos los fines de semana veníamos y hacíamos día de campo, traíamos sándwiches, refrescos, tartaletas de chocolate y una cometa roja.

Mamilevanto su miradaTe amo.

Ella me levanto en sus brazos y comenzó a bailar mientras papá cantaba.

Te amo, Jackson.

Abrí los ojos y Julie estaba en frente mío con su mano en mi mejilla. Respire hondo y le sonreí.

—Ve con Mamá—obedeció.

Lo primero que hice fue buscar las llaves de mi auto, con las llaves en manos sentí que el cuerpo se me tensaba y las manos me dolían por apretar tanto, salí sin decir nada a nadie. Sentí flashes en la cara y como hacían preguntas sin para, no conteste a ninguna de ellas, me subí en mi auto y acelere.

Tenía mi objetivo. Esta vez podía hacer justicia y no me importaba volver a manchar las manos con sangre.

Lo prometí, prometí que nadie le haría daño y yo deje que le hicieran daño.

Estaba perdido en mis pensamientos que no note que dos autos en encerraban y tenía otro detrás. Mire a los lados, por el retrovisor me rei y acelere.

Sabía a donde tenía que ir, ya había estado antes en este lugar. Frene y los demás autos hicieron lo mismo. Lo mejor de mis amigos/hermanos es que nunca me dejaban solo, ellos estuvieron en todo momento conmigo.

El lugar era de esos que vos veías e inmediatamente te entristecía, basura por todos lados, casas descuidadas y parecía que el sol nunca llegaba a este lugar, lo único que resaltaba era el auto amarillo de Tyler. Los cuatros sin decir una sola palabra caminamos hasta una de las casas medianamente mejores que las otras.

Al llegar Max pateó la puerta y esta se desplomó en el suelo. Todos los que estaba sentados alrededor de una mesa nos miraron, en su mayoría eran hombres. Visualice al que la noche de ayer pateó la rueda de la motocicleta que Camille estaba manejando, estaba de espalda con su dorso doblado hacia adelante, se dio vuelta y nos miró.

—Pero miren quienes están aquí, las perras ricas de Beverly Hills—pasó su mano por debajo de su nariz, al parecer acababa de esnifar —¿Que, vienes a defender a la zorrita con las que estuviste ayer?—eso fue suficiente para que me acercara dando zancadas, agarre el cuello de su camiseta, hacia tiempo que no hacía esto, me estaba conteniendo, estaba tratando de hacer las cosas bien desde aquella noche que la vi en el bar, pero ella ya no estaba y nada me detenía. El impacto de mi puño fue tan fuerte que le rompí el pómulo y comenzó a sangrar.

—¡No es Beverly Hills, hijo de puta!

Los que se estaban drogando con él trataron de meterse, pero los chicos fueron rápidos y comenzaron a repartir golpes a todos los que quisieran meterse. El moreno con más de treinta quedo tumbado en el suelo, le tomé el rostro y suspiré.

—¿Sabes a quien mataste la noche de ayer?—puse mi mano en el mentón haciéndole creer que estaba pensando en alguien-Bien creo que no y te hare el favor de iluminarte la mente...

—Si vas a matarme hazlo ahora, antes de que ella venga y te mate a ti—me escupió la cara. Comencé a reir en su cara a carcajadas.

—¡BIEN HIJO DE PUTA, TE VOY A MATAR!—mi yo coherente y civilizado se fue a la mierda, me pare y lo primero que hice fue patearle la cabeza que impactó con la esquina de la masa; mi respiración era inestable y en mis manos había un rastro de sangre que no era mía. Me puse a horcajadas sobre el moreno y comencé a golpearlo en la cara.

—¿QUE SE SIENTE QUE UN CHICO QUE DIECIOCHO AÑOS TE ESTE POR MATAR?— deje de golpearlo me agache para hablarme al oído—Era la hija de los Gabucci, el mismo de que quiere que te pudras en la cárcel —me pare y ví su cara casi sin reconocer, vi a mi alrededor y todos estaban en el suelo y Max, Tyler y Dylan en perfectas condiciones al igual que yo—, no te matare, será un placer ver cómo te condenan de por vida.

Dimos la vuelta y salimos de esa pocilga, antes de subir a nuestros respectivos autos y mi celular sonó.

El dolor y la presión que sentía en el pecho se desvaneció.

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Quede impactada.

Nuestro JackJack sacó su lado loco

Te vamos a extrañar Camille <3

Nos leemos en el próximo capítulo.

Capítulos cortos para menor sufrimiento.

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