Quince.

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En serio que la odio.

Sabes de quién hablo.

Es ella, la rubia teñida, la única que admite ser teñida.

Odio su personalidad, es de esas personalidades capaces de conquistarte.

Te he pedido que dejes de fumar, pero sobre todo que no le aceptes más cigarros a ella.

"¿Celos?" Preguntaste. Y no me quedó otra que admitirlo.

Pero al menos ya no le aceptas cigarros. Bueno, no le aceptabas.

Me volví a alejar.

Y le volviste a aceptar cigarros.

Y le hablas. Y se sonríen.

No te quiero perder, por favor.

-G.

Lo que fuimos{1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora