Amor invensible (Liam, Niall y tú)

Liam

Narra ______ ☆♡¤.

-Hola.-dije parada en la puerta de Liam.

-______? Qué haces en mi casa?

-Tengo que decirte algo. Puedo pasar?

-Sí.-dijo y se hizo a un lado. Cerró la puerta a mis espaldas. Vi el piano, allí lo había besado. Una corriente eléctrica invadió mi cuerpo. Niall no provocaba esa corriente.

-Qué sucede?-dijo y puso sus manos en mi cintura. Me aparte inmediatamente.-______?

-Liam, vine a decirte que ya no habrá mas nada entre nosotros.

-Perdón, creo que no te escuché bien.

-Sí, sí lo hiciste.

-Pero por qué? Es por Niall? Tu familia? Podemos huir juntos.

-Ya sé que es lo que me atrae de ti.

-______, no entiendo nada. Qué tiene que ver eso con que ya no quieras nada conmigo?

-Eres prohibido.

-Ayúdame a entenderte.

-Liam, qué eres? Sé sincero.

-Un demonio.

-Exacto y Niall un ángel. Él me lo ha dicho todo. También me ha dicho que me separé de ambos por un mes...

-Por?

-Estoy confundida. No se a quien amo.

-Eso no fue lo que dijiste cuando te hice mía.

-No me lo recuerdes.

-Te arrepientes?

-Puedo terminar de hablar?

-Sí.

-Niall me dice que es obvio, a quien mas necesite al final del mes pues es a quien amo. Ambos podrán intentar conquistarme a su manera pero sin besos, abrazos, caricias o sexo.

-Eso no es así de fácil. Además tú no eres un premio.

-Lo sé pero se ha desatado una guerra entre lo bueno y lo malo por mi culpa. Debo eligir a uno de ustedes y remediar todo esto.

-No es tu culpa. Los culpables somos Niall y yo por enamorarnos de la misma mujer y ninguno querer renunciar a ella.-dijo Liam. Lo miré por unos segundos y analice sus palabras. Lo comprendí, él tenía razón.

-Hay otra cosa que debes saber pero esto no se lo he dicho a Niall. Mas bien nadie lo sabe, no lo consideraba importante.

-Qué es? Te pasa algo?

-No es grave. Bueno quizá un poco.

-Dime.

-No soy normal.-dije y sonreí.-Mi mamá era un ángel y papá un demonio. Para que yo empezara desde cero... mamá le pidió a Dios que me hiciera nacer de nuevo pero en otra familia. Total, eso no funcionó, sigo siendo mitad ángel, mitad demonio y en esta vida crecí sin padre. Los hijos de ángeles y demonios... no importa sin estan mezclados o no, si son mitad humanos, su lado de bien o mal será mas fuerte que cualquier cosa. Aunque nazca 1,000 veces mas, volveré a estar divida. Originalmente soy hija de Jafer, el demonio y de Melody, la ángel.

-Y qué edad se supone que tengas?

-Esa es la única pregunta que te viene a la cabeza?-él me miró con una mueca.-Tengo 259 años, Liam. Cuando cumpla los 300...

-Ya sé que pasará. Esto si es importante, debí saberlo antes.

-No sabía que ustedes eran parecidos a mi.-dije y ambos guardamos silencio. Liam suspiro y pasó las manos por su cara y cabello en señal de frustración.

-Serás un ángel.-dijo a voz quebrada.

-Nosotros no elegimos y lo sabes.

-Tengo miedo porque sé que serás un ángel. Eres mas buena que mala.

-Si me convierto en ángel jamás podré estar contigo.

-Porque tendríamos un final fatal.-dijo tratando de completar mi oración.

-El mismo final que mis papás. Los neutros nos matarían.-dije. Los neutros son este grupos de almas o algo así, que mantienen al bien y al mal separados. Ellos mataron a mis padres y han separado a varias familias. Liam me abrazó y no hice nada para evitarlo.

-Cuándo cumples los 300?

-Dos meses.-dije y asintió.

-Mientras tanto... no sé, tú y yo, nosotros...

-Liam...

-No te alejes de mi. No lo hagas. En dos meses te tendré o te perderé para siempre. No me tortures desde ahora.-dijo. Puso su mano en mi mejilla y besó delicadamente mis labios. No le correspondi.

-No vuelvas a besarme.

-El mes empieza mañana porque me lo haz dicho hoy. Entonces por hoy y solo por hoy, te puedo besar cuantas veces quiera. Te puedo decir que te amo con la mayor locura del mundo. Que te necesito. Que sin ti esta vida no tiene sentido. Sabes lo que es ser un demonio solo y sin amor? A tu lado soy diferente. No he probado una gota de alcohol o un gramo de droga desde que te conocí. Eres la razón por la que despierto cada mañana. Ver tu sonrisa es mi mas bello y hermoso amanecer. Soy capaz de lo que sea por ti. Lucha conmigo por lo que sentimos. Te amo. Te amo. Por favor, no me dejes, si es necesario morir por esto que siento lo haré.

-No hables, tus palabras me duelen.

-Eso es porque no quieres que no separemos.-dijo y devoró mi boca. Al separarnos ya no teníamos oxígeno. Nuestros pechos subían y bajaban rápido.

-Adiós.-dije y me fui. Debía alejarme de todo, de él, de Niall, de mis hermanos y de mamá. A pesar de todo ellos me habían cuidado y acompañado en esta nueva vida y les había tomado cariño. Llegué a casa y subí a mi habitación. Josh casi me tumba la puerta. No tuve de otra, le abrí.

-Ni se te ocurra mentirme, sé que te pasa algo.

-Dame un abrazo.-dije y Josh, sin pensarlo dos veces, me abrazó.

-Cuenta.

-Son dos chicos.-dije y Josh me abrazó mas fuerte.

-Qué te hicieron?

-Nada malo. De hecho ambos estan enamorados de mi y yo estoy confundida.

-No sabes a quien elegir porque ambos te gustan y ambos los quieres?

-Sí.

-Solo elige al que te haga sentir completa. En cosas como estás no puedes pensar con la mente, tienes que pensar con el corazón.

-Ambos tienen algo que le falta a mi vida.

-Entonces ya no sé que decirte, pequeña.

-Solo sacame de aquí. Durante un mes. Llévame lejos.

-Tenemos unos tíos en Moscú. Quieres pasar un tiempo con ellos y con nuestro primo, John?

-John?

-Sí. Lo conoces? Porque si mal no recuerdo, yo fui el único que llegó a conocerlo.

-No, no lo conozco. Es solo que el nombre me pareció curioso.

-Okay... hablaré con ellos y con mamá para que te vayas la semana próxima.

-Gracias.

-Te puedo dejar sola para llamarlos?

-Sí. Ya estoy mejor.-dije y nos separamos.

-Si me necesitas, grita.-dijo y salió de mi habitación mientras yo asentía. Fui al baño. Me desnude y me miré en el espejo. Saqué mis alas. La izquierda era blanca, casi brillaba. Era algo hermoso. Sus plumas eran suaves, delicadas, frágiles, eran un símbolo obvio de lo celestial. Pensé en cuán bonita se veía Melody, mi verdadera madre, con ellas. Luego miré mi lado derecho. Algo demoníaco. Totalmente negra, sin plumas, parecida a la de un murciélago. Provacaba miedo, pura oscuridad, infierno total. Cerré los ojos y pude ver a papá, a Jafer. Ahí estaba él, con sus alas negras, vestido tan casual como siempre y con aquella mirada azul perdida en la mirada café con miel de mamá. Abrí los ojos y ahí estaba yo. Mis alas se habían ido y mis ojos se habían pintado de azul.