Cristales rotos

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Su respiración se cortaba, podía sentir el sobre en su mano, pero su cuerpo no lo asimilaba. Pestañeó, una, dos, tres veces, seguía ahí, seguía ahí y lo sabia porque sentía el contacto del papel contra su mano. Trato de concentrarse tal vez no lo estaba leyendo bien, enfoco su mirada, pero la tinta no se deformaba, a pesar de su anhelo porque esta se derritiera formando nuevas palabras esta no lo hacia. El joven botones la miraba confundido, Olivia no supo si paso minutos u horas inerte. El chico le hablaba, pero ella no lograba escuchar, tomo el pomo frio de la puerta y la cerró con el botones aun afuera.

Sintió el aire hacerse denso a su alrededor como si hubiesen calentado su habitación, se formo un nudo en su garganta y poco a poco su corazón se fue acelerando, en sus oídos escucho un zumbido, lo escucho tan fuerte que estaba segura de que quien pasase fuera de la habitación lo escucharía. Al zumbido se le unió un fuerte dolor de cabeza y se empezó a sentir mareada. Luego sintió un golpe, estaba sobre algo duro, ni siquiera noto cuando sus piernas la traicionaron, estaba en el piso de rodillas, miro al frente y no supo cuando la carta había caído justo a su lado. "Debo hablar con Tony" pensó, "Tony jamás lo entendería, nadie lo entendería".

Irlanda, una semana antes

-Iré para allá.- La frustración y determinación era evidente, y es que este hombre era obstinado, Olivia recordó como una vez la salvo de una bala, ella le dijo que tenia todo bajo control y Tony le dijo que el la acompañaba, en un momento a otro se encontró con Tony frente a ella luego de ese sonido que le era tan familiar, uno, dos balazos a quien la atacó y luego se lanzó a Tony que recibió un disparo en su hombro derecho, lo llevó al hospital y lo cuido durante 15 días luego del incidente. Incluso le ayudó a comer, ya que Tony era diestro.

-Tony todo está bien, no tienes que venir- se rio ante lo dramático que sonaba, estaba sentada en una silla frente a una mesita con espejo. Le gustaban ese tipo de cosas, Tony le decía que era una chica elegante aunque no quisiera aceptarlo.

-La última vez que dijiste eso termine con una bala en mi hombro, que por cierto aun de vez en cuando duele-dijo Tony y Olivia pudo imaginarlo frotando su hombro como siempre lo hacía.

-En mi defensa la bala era para mí.- no pudo evitar reír sabía que enfurecería a Tony- que quisieras jugar al héroe que salva a la chica no es mi problema cariño.

-Eres un dolor de trasero sabes.- dijo Tony poniendo sus manos en sus sienes ya harto de Olivia, deseaba matarla la mayoría del tiempo, pero le tenía un gran afecto.

-Creí que era un dolor en el hombro. - y explotó en risa, pudo oír a Tony reír del otro lado, y así era como recordaba que a pesar de todo la chica no era tan mala.

-Cariño- uso ese apodo que ella usaba como burla, al escucharlo se tensó, pues sabía que se iba a desquitar y que no le iba a gustar - abre la puerta-y sonó el golpeteo de algo duro contra la puerta.

Olivia se quedó en silencio. Hasta que por fin pudo articular algo.

-¿Estas aquí?- dijo al fin poniéndose de pie.

-Ya abreme que no me pondré más guapo aqui afuera-en ese momento pudo escuchar su voz al otro lado de la puerta.

Se levantó y corrió hacia la puerta, a pesar de todo lo malo que le decía ella también lo apreciaba mucho, ella sabía que él se preocupaba por ella a su manera.

Abrió la puerta y con una sonrisa se encontró a Tony guardando el arma en su chaqueta. Así que con eso tocó la puerta pensó. Y con una gran sonrisa dijo -¡Tony!- y tomó sus maletas y las trajo adentro.

-La dulzura para otro momento, ocupo respuestas cariño.- tiró su chaqueta en la cama y dobló las mangas de su camisa hasta el codo, tomó una silla y prendió un cigarro, mientras la veía a los ojos con una expresión seria, dándole a entender lo que quería saber.

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⏰ Última actualización: Mar 21, 2023 ⏰

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Mil Cartas A Tu Nombre (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora