—Lixxie, ¿Sigues enfadado conmigo?— preguntó Wooyoung picando el hombro de su novio.
—Jennie, cambia el canal, eso ya me aburrió.
—Feliiiiiix dame un poco de atención.
—¡Ahí! Mira que bonitos perros, me gustaría comprar uno así.
—Lix, Lix, Lix, Lix Felix.
—¿Quieres papas? Iré a la tienda— Jennie asiente aún incómoda por el ambiente.
—Bien, si no me quieres hablar supongo que entonces tendrás que comprar tus snacks por tu cuenta, adiós.
Wooyoung se levantó del sofá y enfadado salió del departamento sin una dirección fija, por otra parte,Felix se quedó pasmado en el sofá viendo cómo la puerta se cerraba separadole a él de su preciada tarjeta de crédito.
—Creo que debías estar corriendo— susurro Jennie sobre su hombro.
Y como si ese fuera el botón de encendido en el interruptor, Felix salió corriendo tras Wooyoung, no obstante no lo encontró por ninguna parte. Cansado de recorrer las calles y de buscar bajo cada piedra por haber en las mismas, regreso hasta su departamento donde encontró la mirada acusadora de una Jennie que tenía los brazos cruzados.
—Antes de que empieces, déjame ir a por mi pijama.
De esta forma Jennie paso toda la tarde reprendiendo y acusando a Felix hasta por su último pecado cometido; mas tarde Felix se encargaría de agradecer a la maravillosa presencia de Lisa en su casa, pues gracias a ello Jennie desvío su completa atención hacia ella.
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Wooyoung estaba haciendo sus rabietas en casa de Jeongin aún sin creer como Felix llevaba ya una semana sin dirigirle palabra alguna.
—¿Has intentado cocinar ese panquesito?— dijo Yun señalando la pantalla del teléfono de Jeongin.
—No, pero igual no es tan difícil— comento el otro.
—¿Pero que son esos?— pregunta intrigado —¿Bollos o pan para sandwiches?
—Bueno, para tí si sería difícil.
Ahora Wooyoung se sentía miserable por haber peleado con Felix e ir a refugiarse en el peor lugar que había en la tierra, así que ahí hecho bolita sobre el sofá miraba con desprecio la burbuja de amor de Yun-ho y Jeongin.
—¿Qué quieres para la cena?— preguntó Jeongin besando la mejilla de Yun.
—¿A ti?
—Ewww.
—Yun por dios.
—Tú preguntaste que es lo quería.
—Ewww.
Vachirawit estaba completo hundido en su miseria, tomo un peluche de gato y lo abrazó dándole la espalda a ambas personas en la sala, cerro sus ojos para tratar de dormir.
