El sol que entraba por la pequeña grieta de la ventana comenzaba a despertarme, y al cabo de unos minutos lo logró, con algo de pesar talle mis ojos y solté un gruñido para luego incorporarme mejor en la cama. Lo primero que vi fue un montón de cajas hechas a medias, eso me desánimo;anoche me había desvelado tratando de desempacar lo mas que pudiese, fue difícil y solo había avanzado cinco, no era ni la mitad. Esto de mudarse no era muy agradable.
Con algo de frustración, por no dormir bien, volví a acomodarme en la cama. Se sentía tan calentito y esponjoso que fue como una tortura cuando mi mamá toco la puerta.
— Gia, ya es tarde - hablo del otro lado de la puerta, decidí ignorarla. — ¡Alice, cariño, ya es tarde!
Volví a ignorarla. Acomode mejor mi cabeza cuando de repente la puerta fue abierta.
—Te he dicho que es tarde — recalcó con algo de dulzura.
— Estoy despierta — alce una mano de manera floja aun con mi rostro en la almohada.
—Pues eso dile a tu cuerpo. — la mire de mala manera al oir el tono burlón en su voz. — vamos cariño, tu puedes contra el sueño.
Se sentó a mi lado y dio unas caricias a mi cabello. — asi no voy a levantarme. menciona un usuario
Ella río levemente, se puso de pie y se dirigió a la puerta. — te esperamos abajo, no tardes.
— No prometo nada. — le regale una sonrisa floja, ella negó levemente y cerró la puerta.
Solté un suspiro resignado y me puse de pie. Camine hasta al baño para hacer mi aseo diario y luego busque lo mas cercano en mi armario. Encontre una camisa blanca, algo holgada, y unos jeans lisos de mezclilla.
— Buenos días — saludo mi padre para luego beber un trago de su café.
— Buenos días — salude y tome un vaso de agua.
— ¿Asi que no has desempacado todas tus cajas? — alzó una ceja de forma divertida.
—No, me dio pereza — hice una mueca. — prometo hacerlo pronto
— La pereza ya es normal en ti, Gia. -hablo mamá en tono divertido.
La mire indignada, a lo que ellos rieron, tome mi mochila y deposite un beso en las mejillas de ambos. - Los veo luego.
Salí de la casa y comencé a caminar hacia la escuela. Era mi primer día y estaba nerviosa, no tenia mucho tiempo aquí y tampoco es que haya hecho amigos estas semanas, es decir, tenía que ayudar a mamá y papá con las cajas del resto de la casa que terminaba muy cansada y solo pensaba en dormir. Había puesto musica para el camino, estaba muy metida en mis pensamientos que no me di cuenta de mi camino y choque con alguien.
— Cuidado.
— Lo siento no era mi intención.. — hable algo apenada por el incidente. — No te vi, lo siento.
Era un chico, eso me hizo sentir mas vergüenza. Era de tez blanca, su cabello era negro y de rulos, era alto muy alto.
— Deberías tener mas cuidado.
— Si yo...
No pude decir nada mas, el se dio la vuelta y siguió caminando hasta que lo perdí de vista.
Llegué a la escuela. Esta era muy bonita, como la de high school musical, pero mas pequeña y menos adornada o elegante. Era simpática. Tenia nervios de pasar vergüenza otra vez como con aquel chico. Solté el aire, que había estado conteniendo en estos segundos, y me adentre a la escuela.
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Cinco minutos más
RomanceDebemos entender que la felicidad no es para siempre. Es un estado de ánimo, algo que con el tiempo se va. Es como una pizca de anestesia que cuando se acaba, te da una bofetada de la realidad. Y aveces es tan dura que al levantarse, te deja una pe...