Una semana antes.
Eric:
Todo esto ha sido simplemente demasiado. Desde que desperté en el hospital no solo descubrí que tenía veintidós años sino que también estaba con una chica que por más que trataba no conocía.
Rebanaba mis sesos buscando respuestas a preguntas que me parecían absurdas.
¿En qué había convertido mi vida? ¿Por qué veía a un extraño cuando miraba el espejo? ¿Quién era la chica que tenía en frente?
Muchas preguntas ninguna respuesta.
Algo que sí sabía, es que lo que teníamos era lo suficientemente fuerte como para que ella no se separara de mi lado incluso en estos momentos.
Y una parte de mi agradeció haber experimentado ese sentimiento aún si no lo recordaba, pero la otra, la que llevaba la voz cantante necesitaba un respiro.
Necesitaba descansar de toda esta mierda, sencillamente dejar de pensar.
Celeste entendió cuando le dije que pasaría un tiempo con mis padres y así lo hice.
Volví a la inmensa casa que no recordaba haber dejado, a mi habitación que aunque lucía distinta seguía siendo la mía.
— ¿Por qué me fui de aquí? — pregunte a mamá que descansaba su cuerpo en la puerta.
Su pose tranquila se debilitó por un momento y su respiración, antes tranquila se descompensó.
— Dijiste que querías experimentar lo que era vivir solo. — Dijo mientras miraba a su alrededor.
— ¿Pero por qué cambie de carrera? Eso no lo entiendo.
— No lo se Eric, no nos dijiste nada. Ahora descansa un poco. — Marila no era una mujer muy afectuosa pero hubo algo en ella que me extrañó. Quizás la forma en la que había gestionado mis preguntas.
— Si, debo descansar. Hasta luego mamá.
...
Bajo por las grandes escaleras que dan al salón, mis padres conversan con una chica de cabello negro que no me toma mucho tiempo descifrar.
— Natasha...
Ella se voltea y me observa con cara sonriente mientras corre a abrazarme. Su olor a perfume caro me golpea en cuanto me abraza.
— Mi amor, no sabes lo mucho que me alegra verte aquí.
Natasha es la chica con la que salía, la que recuerdo. Llevábamos saliendo desde los diecisiete, nuestros padres eran socios y nos conocíamos desde la preparatoria.
Sus labios impactan con los míos pero yo me quedo paralizado ¿No se supone que estaba con Celeste la chica de cabello rubio?
Entonces ¿Como es posible que ella actúe como si aún estuviéramos juntos?
— Ven, caminemos.
Toma mi mano arrastrandome hasta el largo jardín trasero. Estoy tan confundido.
— Natasha no entiendo, según me dijeron salía con Celeste. — rasco mi cabeza con gesto pensativo. — eso quiere decir que no estamos juntos ¿No?
— Oh Eric bu. Hace dos años, cuando te mudaste tu y yo estuvimos viviendo juntos con tu mejor amigo, después el chico se trasladó a otro lugar por lo que te mudaste al edificio en el que actualmente vives. — hace una pausa para detenerse y sentarse en uno de los banquitos, haciendo un gesto invitandome a tomar lugar a su lado. — Seguimos juntos pero la relación era a distancia y con el tiempo fue muriendo, nos amábamos pero la situación no era la idónea.
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Remedios para un corazón roto. ✔ [EDITANDO]
Teen FictionCeleste pasa por uno de los momentos más dolorosos de su vida. El chico al que ama la acaba de destruir de la forma más dolorosa posible y ella simplemente se ha cerrado al amor. Con una presentación un tanto rara e incómoda conoce a su nuevo vecino...