Definitivamente, mi vida podría definirse en una serie de drama y comedia, —pese a qué sea más drama que comedia, sinceramente.. — aunque.. creo que sea más bien cuestión del ojo qué lo mire. Soy Myra Jones, estudiante de periodismo y trabajadora de prostitución a tiempo completo —por obligación y necesidad, desgraciadamente.— Tengo 22 años y actualmente resido en Los Ángeles, California; junto a Gianna, mi mejor amiga.
Era un 19 de Junio cuando comenzaron las vacaciones de verano y como ya era tradición, ambas reuníamos para irnos juntas de vacaciones a diferentes sitios cada año. Esta vez nos tocó un apartamento de alto prestigio en L.A, no les miento cuando digo que siempre hemos tenido cierta ilusión por ir allí. Gianna y yo nos conocemos desde la universidad, ya que coincidimos en la asignatura de audiovisuales y desde ese entonces nos hemos vuelto inseparables.
Había decidido que ya había sido suficiente aislamiento por ahora, así qué opté por irme a la piscina a tomar un poco el sol.
Hacía calor y la temperatura qué marcaba el termómetro eran de 32⁰, aunque también había alguna que otra racha de viento, que obligaba a los presentes a anclar sus toallas a las hamacas para que éstas no saliesen volando; la mía estaba anclada, o eso creía yo, puesto que comenzaba a deshacerme de mis zapatos hasta qué la ví moverse y comenzó a volar por los aires.—Nonono, mierdamierdamierda.
Creo que corrí por encima del agua, —igual qué los gatos cuando intentan que no les toquen ni una mínima gota de ese líquido transparente— para atrapar mi toalla. La cosa es que logré sujetarla en el último instante, pero, mi sorpresa fue cuando sentía que se me desabrochaba la parte de arriba.
«Ésto no puede ser verdad..»
Y de repente, me ví cayendo al agua, ahogando un grito de sorpresa. Cuando saqué la cabeza del agua, lo primero qué escuché fueron unas roncas carcajadas, haciendo qué mi ceño se frunciese extrañada, y furiosa.
—Tendrías qué haberte visto la cara.
«¿Perdón?? ¿Me lo estaba diciendo a mí?»
Gruñí furiosa mientras salía de la piscina, con una mano en mi toalla —ya empapada, por cierto— y otra cubriéndome el pecho, directamente me encaré con él. Tuve qué alzar la vista para poder mirarle a los ojos.
—¿Se puede saber de qué cojones vas?
—Se te veía bastante ocupada intentando atrapar tu toalla, así que quise echarte una mano. — Dijo, en un tono burlón y una sonrisa divertida.
«¿What the fuck? ¿Echarme una mano quitándome el bikini? ¡Éste tío está chalado!»
—¿Quitándome el bikini?
—Ajá, así estarías más ligera.
«Me está sacando de quicio..»
—Pues no necesitaba ayuda, señor caballero andante.
Estaba dispuesta a quitarle mi parte de arriba, pero el susodicho aprovechó para acorralarme contra la pared, sin borrar aquella sonrisa con aires de socarronería y superioridad.
—Una lástima, porque te veías cómo una princesa en apuros.. — Comentó mientras observaba con total descaro mis pechos.
«Gilipollas.»
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Ya me rescato solita, Romeo
Teen FictionMyra Jones, estudiante de periodismo y trabajadora de prostitución, por obligación y necesidad, a tiempo completo. Cassian O'Brien, graduado en criminología, persona de alto estanding con buenas cifras de dinero y muy bien puesto económicamente. A...