Cuando cruzo su mirada por primera vez con una esmeralda, su corazón se aceleró y su respiración dejó de fluir, por un momento el mundo desapareció y todo parecía ir en cámara lenta. Hasta el momento en que la cabellera peliverde desapareció de su v...
Cada día tras llegar a su departamento aizawa sentía un extraño vacío en si pecho y ya que en la escuela su autonombrado mejor amigo Present Mic le dijo que si no hacia algo para animarse lo arrastraria a beber, le prestaría a alguien o bien el mismo le iba a levantar el animo.
Gracias a las escalofriantes palabras de su amigo fue que llegó hasta la entrada de un neko cafe "MENTAS", paso un buen rato parado fuera del lugar hasta que una joven mujer peliverde salió de la tienda y se acercó
-Hey hey - la efusividad de chica hizo que un escalofrío recorriera su cuerpo pues le recordaba y cierto rubio escandaloso - usted el hombre sospechoso que ha estado parado fuera de mi establecimiento - el hombre enarco una ceja - que pretende, es algún clase de acosador o solo intenta asustar a mis clientes -
El hombre puso una cara de molestia y se rasco la nuca - solo vine por el café -
-Oh - la mujer sonrió ampliamente - un amate de los gatos avergonzado!! -
La cara del ojeroso hombre tomó un aspecto fruncido de inmediato (no fue buena idea) estaba listo para retirarse pero la mujer alfa lo detuvo
-Hey Izu- chan - grito hacia dentro del local - tenemos un cliente tímido -
Estaba apunto de golpear la mano de esa mujer e enojado hasta que sus ojos miraron ese cabello esmeralda salir del local, la misma sensación estraña de la primera vez volvió a su cuerpo, el sonrojo no tardo en invadir a su cara.
-No sea tímido, pase por favor seguro que a los gatos les agradará -
El hombre asintió y acepto entrar, apenas puso un pie adentro muchos de los gatos se acercaron a el, entre la mezcla del aroma a café el olor del chico ya era totalmente único para el, ese aroma a caramelo y mentas era increíble
-Tome asiento por favor, a esta hora no suele haber mucha gente, en un momento le traeré la carta - cuando escucho la voz del pequeño por primera vez su corazón vibró
-Espresso.. - el hombre se sentía como en una nube, quien lo viera no reconocería su actitud
-Si? -
-No es necesario que traigas la carta... - tomo a uno de los mínimos en su regazo - un espresso estaría bien -
-Oh si seguro, entonces un momento por favor - el chico se retiro de manera animada
Una vez con la bebida en mano, paso el resto del tiempo viendo como el pecoso atendía a los clientes, y como los gatos trataban de llamar su atención así como algunos clientes, eso le daba una sensación desagradable pero no podía evitar sonreír al ver al chico.
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Aizawa se hizo un cliente habitual en ese cafe, siempre a la misma hora y con el mismo café.
-Aquí tiene - el chico lo miro con un ligero rubor antes de extenderle un pañuelo - esta lloviendo cierto? - desvío un poco la mirada
El hombre asintió y tomo el pañuelo - gracias... - se seco un poco la cara - lo lavare y... -
-Puede quedárselo - miro el rostro del chico que estaba aun mas rojo - ees ddecir.. Es un rregalo... - el pelinegro no pudo evitar sonreír
-Aizawa Shota - dijo en tono neutro sin borrar su sonrisa
-Ah... Izuku Midoriya... - junto sus manos nerviosas y sonrió sin levantar el rostro - entonces... Aizawa-san... - el hombre asintió
-Midoriya... -
Luego de eso el chico volvió al trabajo, mas días pasaron y en cada oportunidad que tenían siempre conversaban, ambos estaban muy cómodos el uno con el otro el pecoso era feliz con su nuevo cliente habitual y el hombre disfrutaba cada momento en ese café.
