Your Boyfriend ↬ Sookai

04

— Estás seguro de que quieres hacer esto?

Soobin se miraba decidido y feliz, hay que tomar en cuenta que estaba a punto de arruinar una relación, eso sí Ningning no lo rechazaba, y tal vez perdiera el amor de su pequeño.

— No queda de otra, Yeonjun no quiere a Ningning como pareja y eso daña a mi bebé.

Taehyun asintió, y entro en el restaurante que estaba esperando el pelirosa y le mintió un poco para poder terminar hablando de Beomgyu, inventó un percance con el nombrado. Soobin visualizo como Yeonjun corría fuera del lugar hacia el otro lado de la calle. Perfecto.

Le hizo una seña a su amigo agradeciéndole y pidiendo que se fuera. Taehyun hizo una seña de misión cumplida y salió corriendo hacia la misma dirección que Yeonjun para el siguiente paso. El peliazul espero unos cinco minutos, antes de que sus ojos se posaran sobre aquel castaño que amaba con todo su ser.

Esperó unos cinco minutos viendo cómo Kai miraba fuera esperando a su novio, una vez este se canso de estar solo salió del lugar y Soobin se acercó por atrás queriendo que se vea como una coincidencia.

— Ningning.

Le regaló una de sus hermosas sonrisas de conejo esperando que anime un poco a Hyuka.

— Binnie Hyung, que hace aquí?

— Vine a comprar un postre, estás solo?

Fingió buscar a alguien a lo que Hyuka río y después lo acompañó dentro del restaurante.

— Esperaba a Yeonjun, pero no vino.

Su sonrisa se borró formando una mueca para nada bonita, el menor acompaño al peliazul desde que compraron lo que Soobin pidió.

— Quieres un poco?

Mostró el dulce y Hyuka asintió dispuesto a coger la cuchara para alimentarse de aquel delicioso sabor.

— No, hoy necesitas ser mi bebé mimado.

Su amigo río ante el repentino comentario, sabía que a Soobin le gustaba cuidarlo como un hermanito menor, lo que el no sabía era que Soobin lo veía como algo más.

Soobin limpió la cuchara de su saliva para luego alimentar a su pequeño, quien parecía muy hambriento.

— Lo siento! Me acabe el pastel.

Hyuka abrió sus ojos una vez su Hyung dejo de alimentarlo, se encontró con el postre limpio y al peliazul con su ceño fruncido.

— No importa, podemos comprar otro...

No pudo continuar pues el castaño se abalanzó sobre el brindándole un cálido abrazo, esperaba que Soobin no se enojara con el.

El tacto hizo que el mayor se estremeciera acercando su mano a la cintura del pequeño atrayéndolo más a él, podía oler su pelo a fresitas y eso le daba mil años de vida.

Hyuka sería suyo no importa como y cuando pero sería solo de el.

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Esperaba todo menos eso, Huening Kai nunca en su vida se había embriagado. No solía ser muy resistente al alcohol y aún estaba chiquito para esas cosas.

Aún no entendía como es que terminaron comprando soju de manera ilegal, obvio ambos aún eran adolescentes.

Con suerte y la madre de Soobin le había dejado que se independizara y comprará un departamento en Seúl.

— Hyuka tienes que dormir.

Trataba de separar el pequeño cuerpo de su menor, quien se sostenía como si fuera un koala.

— Hyung, porque Yeonjun no es como usted.

Dijo su menor una vez pudo acostarlo en la cama, claro tratado de no caer por el peso.

— Nadie es como yo, Ningning.

No sabía si era el alcohol que corría por su sangre, que se obligo a si mismo a respirar sobre el hombro descubierto de Huening Kai.

Sintió como el cuerpo del menor se estremecía bajo el, sus manos empezaron a recorrer la piel del castaño encima de la tela, Kai solo podía sacar jadeos bajitos y aferrarse a su mayor por aquel tacto placentero.

— Yeonjun te hace sentir así Ningning?

El castaño negó, con rapidez acercando su cuerpo al contrario buscando más fricción entre ellos.

— Dime, Huening Kai quién está causando esto?

Río al escuchar un suave gemido que soltaron los labios rositas de su chico.

— H-Hyung...

Suspiró perdido en el placer que Soobin le estaba brindando.

El mayor se separó al ver aquella obra de arte frente a el, no llevaban ni la mitad de lo que Soobin soñaba hacer y Hyuka ya se encontraba rogando por más, sus mejillas rojitas y su cuerpo demasiado caliente en el frío clima.

— Prepárate bebé, porque llegó mi hora pequeño. Vamos a ver si después de esto sigues persiguiendo a Yeonjun.

El menor no sabía que su Hyung tenía ese lado, pero de alguna forma le encantaba como su mirada parecía comerlo y sus dedos parecían desesperados por tocarlo.

Kai amaba a aquel Soobin, se sentía deseado, querido, amado. Sentía que alguien si lo quería.

Se levantó de la cama acercándose al peliazul y entrelazó sus manos en la nuca del más alto.

— Gracias.

Una última palabra antes de que fuera el menor quien tomara la iniciativa y junta sus labios.

Soobin no lo creía, estaba besando a Hyuka, estaba besando a su bebé.