Capítulo 2. Luca Knows.
La casa de su Vin Hyung en Malta es agradable y hermosa, la habitación que le dió es amplia y con una vista al mar impresionante, de vez en cuando a Han Seo le gusta fantasear con salir a la playa acompañado de su Vin Hyung y jugar en la arena.
Aunque es un poco raro imaginar al italiano jugando en la arena y mojando uno de sus elegantes y extremadamente costosos trajes Brioni, pero aún así era una imagen hermosa y ficticia que podría guardar en su memoria.
Debió haberse perdido en sus pensamientos porque una voz robótica en coreano lo devolvió a la realidad. —¿En qué piensas? —Le pregunta Luca en coreano.
Han Seo niega y le pide que continúe explicándole palabras en italiano.
Luca es bastante amable y paciente, a Han Seo le agrada poder conversar con alguien aunque sea con un traductor de por medio, hicieron un trato dónde Luca aprende Coreano y Han Seo Italiano, se apoyan el uno al otro.
—¿Y esto? —Han Seo señala la imagen en su teléfono.
—Cane.
—Entonces sería…Voglio adottare un cane?
Luca sonríe y asiente. —In coreano?
Han Seo traduce sílaba por sílaba. —Naneun gaeleul ib-yanghago sipda. (Quiero adoptar un perro)
El italiano asiente y repite la frase con ayuda de Han Seo, después de unas horas llega la hora del almuerzo Luca se va de la habitación después de preguntarle qué desea comer, Han Seo pide comida china.
Cuando Luca se va Han Seo se levanta de la cama con cuidado, incluso después de casi un año puede sentir un pinchazo incómodo en el estómago como un dolor fantasma que le recuerda que sigue vivo y que no está soñando.
—¿Qué haces? No deberías estar de pie.
Han Seo rueda los ojos con un fastidio divertido, se gira hacia Vincenzo quien camina hasta él para tratar de devolverlo a la cama.
—Estoy bien, hace dos meses que me retiraron las costuras y dijeron que necesito ejercitar un poco. Estar de pie unos minutos no me hará daño Vin Hyung.
Vincenzo lo mira con una mueca en su rostro, no parece convencido de dejar que Han Seo camine y mucho menos solo, pero cede un poco al ver el rostro suplicante del menor.
—Bien, pero no lo hagas si no estoy yo o Luca cerca para ayudarte.
—Si signore! (Sí señor)—Han Seo se burla haciendo un saludo militar y Vincenzo sonríe levemente al escuchar su italiano.
Cuando el italiano levanta su mano Han Seo se encoge sobre sí mismo, Vincenzo lo nota y la deja en el aire pidiendo permiso a Han Seo para acariciar su cabello.
Han Seo toma la mano del mayor y la pone sobre su cabeza. —Lo siento. —Murmura, se siente un poco mal cuando la expresión del italiano cambia drásticamente cuando Han Seo se encoge sobre sí mismo esperando un golpe o cuando se asusta de los ruidos fuertes.
—Está bien, no hiciste nada malo, —Lo que a Han Seo le gusta de esas situaciones es que Vincenzo lo consuela acariciando su cabello y sonriéndole suavemente mientras se recuestan en la cama, Han Seo apoyado en el hombro del italiano y Vincenzo recostado contra la cabecera de la cama.— no debería haberme movido tan bruscamente.
—Es solo que aún no me acostumbro a todo esto, pero puedo trabajar en eso también.
—¿Hablas de ver a un terapeuta?
Han Seo no responde inmediatamente, no tiene una buena experiencia con los terapeutas pero es más que nada porque el único al que fue no era ético y le informaba todo a su padre.
—Sí, lo he pensado mucho.
—Si quieres y lo necesitas no veo porque no hacerlo. ¿Quieres que te busque uno? ¿Prefieres que sea hombre o mujer?
Han Seo se encoge de hombros. —No lo sé, probablemente me sienta incómodo al inicio sin importar su sexo así que podría ser cualquiera de los dos.
—Entonces le pediré a Luca que busque unos para que tú elijas.
—Gracias.
Vincenzo vuelve a acariciar su cabello. —Me has estado agradeciendo demasiado estos meses.
—Has hecho mucho por mi.
—No necesitas agradecerme por ello, eres mio fratello.
Han Seo sonríe y se acurruca aún más junto al italiano, juega con la corbata azul del mayor mientras el silencio es acompañado por el sonido amortiguado de las olas del mar.
Es tan relajante que Han Seo no quiere levantarse, pero tiene que hacerlo cuando Luca llama a la puerta y entra con el carrito de la comida.
—Consigliere. —Luca saluda cómo es costumbre y pone la mesa en silencio no queriendo interrumpir el momento íntimo de su jefe y Han Seo.
La atmósfera entre ellos dos siempre suele estar en una burbuja, incluso si ellos no se dan cuenta de eso Luca puede ver cómo su jefe mira al más joven, no es la mirada que le darías a un hermano pero sí la que le darías a un amante y por la manera en la que Han Seo mira al Consigliere es algo mutuo, pero también algo de lo que ninguno de los dos se ha dado cuenta.
Todavía. piensa Luca.
Vincenzo alza una ceja interrogante. —¿Pediste comida china?
Han Seo sonríe levantándose para poder sentarse a la mesa, se sienta mirando la comida con ojos brillantes. —Quería algo picante, ahora que estoy mejor el doctor dijo que podía comer lo que quisiera.
Vincenzo como es costumbre se sienta junto al más joven en el sofá.
Para Luca las comidas dónde el Consigliere se une a ellos son de las más divertidas y algo estresantes porque los ve coquetear el uno al otro inconscientemente.
Vincenzo le sirve comida a Han Seo y Han Seo le da de comer a Vincenzo en la boca algunas veces cuando prueba algo que está demasiado bueno.
Luca rueda los ojos con diversión cuando el Consigliere limpia el rostro del menor cada que puede ver una mancha de salsa picante en los labios o las mejillas del coreano o cuando Vincenzo sonríe cariñosamente al más joven cuando esté sonríe al hablarle de lo que hizo en lo que va del día.
Luca solo espera que algún día estos dos hombres frente a él terminen juntos o con todo el respeto Luca le informará a la señorita Hong para que los golpeé por él.
[••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••]
Luca siendo la tercera rueda el VinSeo es lo más divertido para mí.
ESTÁS LEYENDO
Ghost [Vincenzo/Han Seo]
RandomHan Seo sobrevive a la muerte y vive con Vincenzo en Malta, es agradable y muy relajante hasta que después de un año regresan a Corea y allí es donde todo se viene abajo. Han Seok ha vagado por La plaza Geumga como fantasma desde que murió, nadie pu...