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Viví con fulano un día, recuerdo que ese dia era su cumple, aún me acompleja y me siento mal cuando recuerdo aquello. En los ojos de fulano se notaba la tristeza  pero aún así no quería demostrarlo, trataba de fingir que todo estaba bien. Tiene esa habilidad de ocultar sus emociones, quizás fue la crianza, o la vida lo hizo así, pero conozco a Fulano, lo conozco más que a mi. Es tan aterrador  cuando pienso en ello, por que ni siquiera puede mentirme, es como si nos conociéramos  de toda la vida, así como lo conozco yo a el, el a mi.
El punto es que fulano estaba mal para su cumple y no era para más, era su cumple y fue un día con un secesos de cosas.
Así que ese dia antes de festejar el cumple de el, fui hablar con papá. Tuve que hablar con papá por que cuando quise hablar con mamá y decirle que no iba a cuidar más de mi abuela que es su madre, mamá lloro, y se enojo, al igual que mi hermano. Fue injusto, demasiado injusto que se enojen, lo único que me dijieron fue: BUENO AGUANTATELA, ES GRANDE ENTENDE.
Me pareció estupido que me digan que tenga que estar aguantando  los golpes y maltratos de ella solo por que es grande.
Hable con papá y, papá se largó a llorar cuando me vio, pensó que me iba a perder por segunda vez en su vida, acaba de perder a su madre y pensó que me iba a pasar lo mismo.
Se alegro un montón que vuelva a casa, me ayudó a buscar mis cosas, y luego volví a casa de fulano.
Llame antes a fulano para que este más tranquilo, por que la ansiedad le agarro la mano y se llevo por un largo camino, que ni yo se como hizo para volver.
Antes de todo esto, volví a casa, a casa de Juana, no había vuelto desde el día de su fallecimiento...
Nuestro cuerpo es capaz de percibir todo tipo de sensaciones a la vez, cuando tocamos algo,no solo lo tocamos, lo escuchamos, lo olemos y miramos. Ese día todos mis sentidos se activaron, me temblaba el cuerpo y no lo podría creer, realmente no podía creer que juana ya no estaba, por toda la casa se escuchaba su vos, se sentía su perfume, podías sentir su mirada, la esencia de Juana persistía, estaba más que viva, no creo que puedan entender o comprender que se siente entrar a una habitación  donde alguien murió y ver que no esta, que su perfume inunden el lugar y sientas la necesidad de abrazarla y no poder.
Me llené de ira, y comencé a llorar y a gritar, por primera vez en tanto tiempo, gritaba y lloraba, preguntaba por que, una y otra vez.
Las cosas de Juana seguían intactas, nadie había abierto la habitación  desde que falleció. 
Juana me crió y prometio verme recibirme, que gritaria de alegría cuando me den el título, juana mintió...

Relatos de Un Depresivo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora