Juana falleció un 6 de diciembre, recuerdo ese día y lo voy a recordar hasta que me muera.
Ese día, no se por que cuestion de la vida me quedé en casa de mi novio, no importa tanto.
Se que a las 6 de la mañana mi mamá me llamó y me dijo que fuera a donde estaba juana, que busque a mi hermano que estaba con mi abuela.
Entonces entre a llamar a mi hermano y no atendía...
Sabia lo que iba a pasar así que iba preparándome lentamente o eso creía.
Me levanté, hablé a mi novio, y salimos a buscar a mi hermano.
Cuando llegamos, juana tenía un respirador, y todo su cuerpo y manos estaban con manchas rojas, era su sangre subiendo lentamente a su corazón, o eso nos dijieron los médicos.
Juana falleció en su hogar, no podía internarla por el covid, juana falleció a las 8 de la mañana dejo de respirar, falleció junto a su familia, llena de amor.
Recuerdo ese día por que aquí, en el pueblo donde vivo, desde que tengo memoria suena una sirena de una bodega de vinos, suena a las 8 a.m por que es el horario que entran a trabajar los obreros, desde años esa sirena es el despertador de muchos, y se siente en todo el pueblo en el que vivo.
Esa mañana la sirena sonó para anunciarme que volvía a perder a otro ser querido...
Perder a juana ese día, fue como perderme también, no entendía nada, ni tampoco quería entender nada.
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Relatos de Un Depresivo
Ficção AdolescenteUna amante de los gatos, perfeccionista, compulsiva por mantener el orden. Nos cuenta su experiencia de vida de como es el esconder las emociones hasta llegar al punto de quiebre.