7 Minutes In Heaven (One shot)

¿Quieres jugar?

“Es solo un juego” Insistió Patrick jalando mi brazo haciendo que lo siguiera. “No pasara nada” Una risilla se escapó de entre sus labios y yo traté de resistirme.

“No quiero hacerlo, yo-” Me detuve a mí mismo y medite lo que iba a decir, la verdad no quería unirme a su estúpido juego, pero no tenía ninguna excusa razonable para no hacerlo y conociendo a Patrick el no querer hacerlo no era suficiente justificativo. “Es un juego de niños”

“No seas idiota, Gerard” Me empujó a la sala de estar.

“Espera, espera” Me detuve antes de entrar por la puerta “Explícamelo de nuevo”

“El juego es simple, se forma un circulo y se pone una botella en el centro, la botella señalará a dos personas de entre todos nosotros. A la persona que señale la parte de abajo de la botella, será la ‘víctima’ y por consiguiente la otra el ‘secuestrador’. Ambos entran a un cuarto y el secuestrador le hace lo que quiera a la víctima por 7 minutos. Claro los demás jugadores no ven absolutamente nada. Hay muchos niveles en los cuales se puede jugar.” Me lanzó una mirada juguetona y yo lo miré nervioso.

“¿Niveles?”

“Ya sabes, el primer nivel solo consiste en besos, el segundo en besos y caricias, y así los demás niveles, claro que todo eso dependerá de Pete quien es el dueño de la casa” Me quedé callado durante unos segundos tratando de decidirme entre jugar o no. “¿Quieres jugar?”  Lo miré indeciso y después asentí.

“Está bien.” Patrick sonrió y tomó mi mano guiándome a la sala de Pete donde todos ya estaban sentados en un círculo en el suelo. El círculo estaba alternado entre hombre y mujeres por lo que Patrick se sentó junto a Lindsey, mientras que yo me senté en medio de ella y Jamia.

Pete estaba tardando mucho en llegar y yo ya estaba comenzando a cambiar de opinión sobre el estar ahí, estaba pensando en irme cuando lo vi entrar, llevaba una cerveza en su mano y detrás de él caminaba Frank... Frank Iero, el mejor amigo de Pete, bajo de estatura, rebelde sin causa, guitarrista, amante de la música rock, las películas de terror y los piercings, y sin duda alguna el chico que me traía loco desde que inició la secundaria hasta el día de hoy.

Mordí mi labio nervioso cuando lo vi sentarse justo en frente de mí. Nunca habíamos hablado antes y posiblemente nunca lo haremos, pero ¡Demonios! Era ardiente y juro que vendería mi alma al diablo por ser yo el que entre al cuarto con él. Era nuestro último año de Preparatoria, no tenía nada que perder, aun si él me rechazaba no me importaba, valdría la pena mi riesgo… Además, este era solo un juego, ¿verdad?

“Bueno, ya conocen las reglas, el nivel de nuestro juego será ‘todo está permitido’” algunas chicas bufaron en contra de las palabras de Pete, pero él se defendió “Vamos chicas, ya no somos niños” rió.

“Claro que no, no jugaremos así”

“Ok, como quieran, que sea ‘todo está permitido excepto el sexo’ ¿Qué les parece?” Rodó los ojos y las chicas asintieron. “De acuerdo, giraré la botella para empezar y veremos qué pasa”

Pete tomó la botella entre sus manos y antes de girarla nos lanzó una mirada divertida a todos, mientras la botella giraba en el piso miré a Frank, lucia realmente bien esta noche, llevaba su camisa favorita de los Misfits y sus pantalones rotos… Dios, se veía adorable con sus piercings.

“Brendon tú serás la víctima, Alicia tú serás la secuestradora” la voz de Pete me sacó de mis pensamientos y vi como Brendon se levantaba del suelo no sin antes enviarle un guiño a Pete y un ‘Gracias’ en forma de susurro. Pete colocó su celular en el piso y el cronometro empezó a correr.