¿Nunca se han preguntado que hacen en este mundo? ¿Con que motivo estamos acá? Si es que lo tenemos, o solo somos el producto de una las relaciones sexuales de dos personas que decidieron no tomar las medidas necesarias para traernos a este mundo.
¿No? Pues yo sí, solo que aún no he podido encontrar la respuesta y no creo saber si algún día lo haré.
- Señorita Carter, me podría decir de que tema estoy hablando - El regaño del maestro me espabila de mis pensamiento y acto seguido mis compañeros se ríen de lo distraída que estaba. Gracias profesor Víctor, en serio necesitaba que al menos una vez al día alguien se burlara de mi para creer que hice algo productivo hoy. Como soy incapaz de responder lo que el profesor me ha pedido, me mira con molestia y sigue dando su clase, esta vez trato de prestar atención lo que resta de clases antes de ir al comedor.
Al terminar la clase tomo mi mochila y me dirijo rápido a la salida del aula, pero antes de cantar victoria siento que alguien me sujeta del brazo y cuando volteo a ver quién está interrumpiendo mi momento de felicidad entre la comida y yo, me quedo sorprendida de ver que se trata de Jefrey.
- Hola - Es lo único que logro decirle al chico moreno de hermosa sonrisa frente a mí.
- Hola Pyrene, ¿Cómo estás? - Su pregunta hace que mi confusión crezca pues casi nunca he hablado con él en lo que llevo estudiando aquí, que prácticamente es toda mi vida, pues Soldtown es un pueblo pretencioso donde todos se conocen desde siempre ya que somos una comunidad grande pero muy cerrada debido a que nadie viene a nuestro pueblo de manera turística, en conclusión, somos unos apretados que no les gustan los extraños y sí, me incluyo porque tampoco me gustan los desconocidos.
- Estoy bien, ¿Necesitas algo? - Decido preguntarle si necesita algo de una vez para ahorrarnos los saludos formales.
- Oye, está bien, solo quería acercarme a saludarte, no vengo a pedirte nada; bueno en realidad sí, quiero saber si podía sentarme junto a ti en la cafetería y hablar un poco - Okey, en definitiva, no me esperaba esto, no porque no creo que un chico como Jefrey quiera sentarse junto a mí, lo digo porque es raro que me hable de manera repentina.
Si no me entienden se los explico, Jefrey es el típico chico lindo, popular, capitán del equipo de rugby del colegia y fantasía de sexual de cualquier chica hormonal; y luego estoy yo, para nada social, sin haber tenido novio nunca y cero deportista. No es que eso esté mal, me refiero a que somos muy opuestos y la verdad no es que crea mucho en eso de que los polos opuestos se atraen.
- ¿Y? - Su pregunta solo hace que salga de mis pensamientos.
- ¿Qué? - Digo sin entender a qué se refiere.
- ¿Comemos juntos? - Mi cabeza no termina de procesar lo que sucede en mi entorno, debo verme muy estúpida en este momento.
- No me lo tomes a mal, pero me gusta comer sola - Le digo la verdad, en realidad no me gusta tener compañía mientras como, me molesta que me interrumpan; pues para cualquiera comer es algo normal, pero para mí es mi momento de paz y no quiero que nadie me lo quite.
- Ésta bien, pero igual me gustaría hablar contigo - Me da un beso en la mejilla y se va, sin duda eso ha sido lo más raro de la semana.
Cuando estoy sentada en una mesa de la cafetería terminando mi almuerzo se me acerca una la rubia que hago llamar mejor amiga.
- Hola chiquitina, ¿ya pensaste lo que te dije? - Sé a qué se refiere y he estado evitando este tema porque de verdad no quiero estar en esta tontería con ella.
- Ya lo pensé y decidí hacerme un favor y no avergonzarme a mí misma - Clarice ha tratado de convencerme para que audicionemos en el equipo de porristas del colegio, pero no quiero porque sinceramente no quiero perder el tiempo en los entrenos y los partidos.
- No, no me vas a hacer esto este año también, esta vez sí lo haremos y no me importa que tan amargada te pones, ¡VAMOS! Tenemos que hacer estas cosas clichés que se supone que se hacen antes de ir a la universidad - El año pasado Clarice me había dicho que lo hiciéramos, pero le dije que el próximo año sin falta lo intentaríamos, y sé que, aunque trate de huir esta vez no va a funcionar.
- Bien, lo haré ¿Feliz?
- Extasiada - Me sonríe de manera triunfante, pues sabe que esta vez lo logró. Clarice es una chica linda, muy linda diría yo, es rubia, alta y un cuerpo de infarto; muchos chicos están detrás de ella, pero no le hace caso a ninguno, es algo así como si ninguno fuera suficiente.
- Aunque admito que me gustan los uniformes, creo que nos quedarían bien - No escucho respuesta de mi amiga lo cual se me hace raro y más cuando hablo de ropa - Oye, te estoy hablando - Veo que mira en una dirección y no es hasta que volteo a ver cuándo noto porque se quedó de piedra.
Un chico, pero no es un chico cualquiera, es uno que no había visto antes en el instituto; es un estudiante, lo sé por el uniforme que lleva puesto; es un chico alto, de piel pálida y no del que hace parecer que estas enfermo, hablo de un blanco cremoso, cabello oscuro y por lo que puedo ver desde donde estoy sus ojos también lo son.
Una servilleta es lanzada a mi rostro por la chica que está sentada conmigo, cuando volteo a ver a mi amiga con cara de pocos amigos, noto que tiene una expresión tonta y de asombro, como si hubiera encontrado oro o algo así; después es cambiada por un gesto burlón y solo estoy esperando no diga ninguna estupidez.
- ¿Por qué tienes esa cara de tonta? - Trato de sonar confundida, como si no supiera porque tiene esa expresión, pero sé que fallo en el intento.
-Creo que esa pregunta deberías hacértela a ti misma.
- ¿A qué te refieres? - Sé a lo que se refiere.
Sonríe de manera maliciosa mientras que me señala de una manera muy poco disimulada al chico que estábamos viendo hace un minuto, inmediatamente le bajo la mano para asegurarnos que nadie nos vea y ella ríe porque me altero muy rápido.
- Te quedaste hechizada por el chocolate blanco que acaba de entrar.
Mi gesto no vacila en ningún momento y doy gracias a todos los santos por darme el poder de saber disimular bien en momentos incomodos así. No voy a mentirle a mi amiga porque sé que armaría un escándalo tratando de hacer que diga la verdad.
-Sí, es lindo, como casi todo aquí.
-No me jodas Pyrene, ese hombre es más que lindo, provoca hacerle de todo - La miro de mala manera por su comentario tan sucio - Bien, si me pasé, pero sabes que es más que lindo.
Cuando volteo a ver en dirección en donde estaba el chico lo veo a unos metros más alejados junto con algunas chicas que ya lo acechan como si fuera carne fresca, y en realidad lo es pues en el Instituto Neverland nunca entran personas nuevas; no puedo dejar de pensar que me resulta realmente raro que entre un chico nuevo.
Mi mente se queda en blanco, mi cuerpo se paraliza cuando el de ojos negros voltea a verme y no puedo apartar la mirada de él; no hace nada, ni un gesto, ni un movimiento, solo me mira y puedo notar que una esquina de su labio se estira en una sonrisa de suficiencia, me molesto por no haber volteado la mirada y quedar como una tonta.
- Wow- Volteo a ver a mi amiga que me mira impactada - Ese chico te miró como si fueses la presa a la que quiere devorar.
No digo nada, solo me concentro en terminar mi comida, pero me es difícil porque mi mente está en otro lado, más específicamente en los ojos del chico nuevo.
ƸӜƷ
HOLAAA jeje, éste es el primer capítulo de muchos masss, si hay alguien ahí, aunque sea un alma perdida, me gustaría que dejaran algún comentario sobre que les pareció éste primer capítulo, estaré muy feliz de leer y responder.
¿Quién será el chico nuevo?
Aquí repórtense a los que les gusta la comida tanto como a Pyrene.
Nos vemos en el siguiente capitulo, recuerden que eso solo el comienzo y esto se pone cada vez más buenoooo.
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Detrás De Mi
De TodoUn chico nuevo y misterioso en un Instituto. Una chica que oculta mas cosas de las que parece. Ambos quieren saber que hay detrás de todo. ¿Será esta una una mala combinación? ¿O no?