Prólogo

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  No estoy tan gorda como mi espejo muestra, ¿o si?

No soy tan decepcionante como mi mente piensa, solo es otra crisis de ansiedad. Voy a estar bien, estoy bien, no hay nada de malo en mi.

 Repito esto una y otra vez para intentar calmarme, aunque el intento es en vano. Mi respiración solo se tranca más y siendo como me ahogo, mi corazón late rápidamente que temo salga de mi pecho y el dolor de cabeza solo aumenta mis ganas de vomitar. Sé que estaré bien como siempre lo he estado. Inhalo fuertemente y lo exhalo lentamente, lo repito las veces que sean necesarias y hago mi mayor esfuerzo para no llorar nuevamente.

  El recuerdo de Anthony me atormenta, escucho su voz diciendome que todo estaría bien, cuánto desearía tenerlo aquí en este momento. Recuerdo todos los momentos que pasamos juntos, cada risa, cada beso, cada pelea y cada reconciliación y con eso viene a mi mente lo último que me dijo "Te amo, pero todos tenemos un límite y he llegado al mío" y fue el último día que supe de él y aunque todos los días reviso el teléfono con la esperanza de saber de él, sé lo imposible que será que eso suceda.

  La alarma suena indicandome el comienzo de un día nuevo, otro día en el que debo esforzarme para estar bien y realmente espero lograrlo como siempre lo he hecho.

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