Prólogo

16 1 0
                                    


Caminaba despacio por los pasillos estrechos de la institución, su ceño fruncido moviéndose en una marcha de ira impulsivamente. La mochila hacía peso en su espalda, encorvandola levemente, sin embargo, se forzaba a sí misma a inclinarse hacia adelante, protegiendo su rostro de las miradas y con una cortina de cabello obstaculizando los laterales de su cara también protegían sus oídos de susurros apenas perceptibles. Afirmó sus manos a las correas de la maleta, aferrándose a ella con fuerza. Caminó hacia las extensas escaleras que se abrían al final del pasadizo. Una mujer con un delantal largo blanco que lograba cubrir todo su torso hablaba por un gastado micrófono, repetía una y otra vez nombres de personas que casi podía identificar, no es como si tuviera mucha importancia tampoco.

Miró al estacionamiento que le esperaba en la base de las escaleras, sus ojos comenzaron a humedecerse, notando como su visión se obstruía con una capa borrosa que indicaba que aquellas gotas saladas estaban por dejar su lugar dentro de su cuerpo. Respiró de manera entrecortada antes de negar y sonreír. Bajó con rapidez y buscó entre el tumulto de autos un rojo Vinotinto que indicara que sus padres se encontraban allí. Cuando vió al vehículo acercarse caminó hacia la puerta trasera y cerró con fuerza.

-Perdón por llegar tarde

-...

silencio.

se dispuso a permanecer en silencio escuchando a sus propias aceleradas palpitaciones y contemplando cómo el ambiente cambiaba fuera de la ventana.

-Cómo te fue hoy?

-...

-Contéstame.

-No quiero hablar de eso.

El hombre dejó de interrumpir la meditación en silencio hecha por la muchacha, agradecida por eso suspiró. La paz no duró mucho, su padre no añadió nada más, pero la chica a su lado a quien ni siquiera se había molestado en saludar antes no pensaba quedarse callada.

-Si hola?

Al notar la no respuesta sacudió a la contraria levemente sosteniendola del hombro.

-D?

-SUÉLTAME!

-Que carajos te está pasando?- enarcó una ceja, mostrándose notablemente enojada.

-No oíste? no quiero hablar de eso ahora Ana.

se volvió a su posición de mirar a través del cristal.

-D por que no me dices lo que te pasó?

-Donde mierda estuviste hoy, eh?

-Q-Que?- tartamudeó viendo como la contraria la miraba con desprecio.

-Dónde estuviste hoy? ¡Te estuve esperando todo el día!

- pero-

-Tuve que soportar a esa estúpida señora hacer un test de lectura en plena mitad de la clase, y donde estabas tú?

Ana comenzó a jugar con sus manos, claramente avergonzada.

-Creí... creí que no querías volverme a ver.

-yo... eso... eso no importa, OK? Sabìas como me sentìa y aun asì no me acompañaste durante toda esa maldita tortura.

- no lo comprendo... tú fuiste la que dijo que no quería volver a hablar conmigo.

La contraria resopló, frustrada.

-Jódete

Le dió la espalda a su compañera.

No me hace una buena persona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora