Salvando a shizun (del Sistema maldito)

5: Aclarando problemas del pasado.

Así que bueno, básicamente, había regañado a dos jóvenes a su mando, y posteriormente se los había llevado a su casa. Sí, una completa estupidez, pero lo había hecho. Así que estaban en la sala, esperando que el té se calentará.
Casi podía sentir que Binghe lo aplastaba con esa aura que los rodeaba. Y por mientras, Gongyi Xiao estaba con cara de póker, aunque tenía el seño ligeramente fruncido. Era una linda cara. Casi tan linda como la de Binghe.
Definitvamente solo estaba destinado a ser carne de cañón con esas características. Suspiro, tristemente. Le había caído bien ese niño. Aunque no era igual a Binghe y no estaban hechos el uno para el otro -¿esa expresión no se usaba solo en parejas amorosas?, ¡Shen Qingqiu, que estás pensando!-, definitvamente hacían un buen papel. Más aparte, su promesa aún no había sido cumplida. Hmp.
Perdido en sus pensamientos, en realidad estaba viendo demasiado a Gongyi Xiao. Luo Binghe sentía su sangre arder. Pero prometió no hacer ningún alboroto, y menos lo iba a hacer en algo como la casa de su maestro. Gruño.
De repente, el pitido de la tetera automática se escuchó por toda la habitación. Shen Qingqiu se sobresalto y soltó un pequeño chillido, pero rápidamente atendió y sirvió té.
Gongyi fue el primero en recoger la taza, Luo Binghe el segundo. Se miraron fulminantes por unos segundos. Después, sonrieron y bebieron. ¿Donde había aprendido eso Gongyi...?, era como un pequeño Luo Binghe.
—Shizun—habló primero Binghe—¿Qué es lo que tiene que hablar con este discípulo y...—señaló perezosamente al chico enfrente de él. Shen Qingqiu volvió a rodar los ojos.
—Tenemos que aclarar algunos asuntos. ¿Qué es lo que Gongyi Xiao cree que mi discípulo me hizo en la prisión de agua?—preguntó, voz firme y aspecto sereno. Justo como el Shen Qingqiu que Gongyi Xiao conocía. Lo admiraba profundamente.
—Esta...bestia que tengo enfrente, definitivamente abuso de usted—la tonalidad hizo entender la situación más rápido de lo que Shen Qingqiu esperaba. Sus mejillas se colorearon y rápidamente, con las manos, negó. Ah, se olvidó de su abanico cuando iba caminando con Luo Binghe y fue atacado por una espada...
—¡Nunca haría algo como eso con shizun!, ¡aunque enloquezca, siempre respetaré a shizun!—exclamó Binghe, agraviado. Shen Qingqiu asintió, lo sabía perfectamente. Ese niño posiblemente se pusiera a llorar si Shen Qingqiu le dijera simplemente que le dolía. Por eso se contuvo por mucho tiempo, hasta que mejoro y no dolió tanto como en un inicio.
Su Binghe definitvamente era una doncella.
—Si es así, entonces por qué el maestro Shen...—.
—Ah, solo fue la maestra del palacio Hua Hua. Uh, en realidad, pasaron muchos malentendidos. Así que ella técnicamente me sigue odiando. ¡Yo no merezco ese odio!, ¡soy totalmente inocente!—¡no es mi culpa que tú marido se hiciera gay!—Pero bueno. Le alegra que estés bien aquí. No guardes más rencores, Gongyi Xiao. Si lo haces, posiblemente termines como este discípulo que no deja en paz a su maestro—señalo a Binghe con el pulgar. Casi pudo ver su rostro entrar en lágrimas—Tampoco es algo extremadamente malo—.
Gongyi Xiao sintió algo complicado en su corazón. Pero no supo describir que es. Simplemente asintió, y suspiro algo abatido. Poco después, se inclino ante Shen Qingqiu y pidió disculpas por malentender las cosas.
Shen Qingqiu, como siempre, le dijo que no importaba. El mismo de fuera probablemente hubiera pensando que su papel era el de una damisela que necesita ser salvada...Un escalofrío recorrió su cuerpo.
Gongyi Xiao se despidió poco después, y entonces, Luo Binghe fue meloso de nuevo. Se sentía como un perro esperando a que la visita se fuera para abalanzarse sobre su dueño.
Era un niño tierno. O quizá un adulto en ese punto.
No pensó mucho y simplemente se dejó ser, pasando una noche melosa y sin nada extra de por medio, así que agradecía eternamente por ello.

A la mañana siguiente, despertó con una delicia en la cocina. Sin saber muy bien que hacer, decidieron que lo mejor era conocer la situación actual y lo que era Shen Yuan en ese momento. El único que estaba en ese mundo antes que ellos y los comprendería, era evidentemente, Gongyi Xiao.
Por lo que, poco después de terminar de comer, a regañadientes, Binghe y Qingqiu salieron por las calles a buscarlo. Gongyi Xiao había empezado a trabajar en una cafetería, así que no sería difícil.
Shen Qingqiu aprovecho para mostrarle la delicia que era el café de máquina, los frappes y todas esas cosas del siglo XXI.
Binghe aprendió rápidamente e hizo una nota mental para practicarlos.
Cuando Gongyi Xiao los vio, entendió la situación y los atendió cordialmente. Shen Qingqiu se permitió gastar tanto dinero como pudiera, después de todo, parecía que su fuente de dinero era ilimitada.
O eso le había dicho el sistema. Cómo tuviera una deuda...no le quedaría de otra más que escapar de la ley.
Gongyi Xiao pidió un descanso, y debido a su buena conducta, le fue otorgado. La señora de la cafetería dijo que era bueno ver qué su Xiao-er tuviera un amigo aparte de Shen Yuan. El mencionado río entre dientes, no queriéndole decir que ayer esos dos casi se mataban. O, más bien, el único muerto iba a ser Gongyi Xiao a manos de Binghe.
—Entonces, ¿que es lo que desea el maestro Shen de este humilde?—preguntó, cortésmente, tomando asiento en una esquina distinta a dónde estaban los otros dos hombres. Shen Qingqiu asintió y hablo:
—Puedes llamarme simplemente Shen Yuan. Aquí no tengo un papel tan importante como ser señor de la cumbre—carrraspeo su garganta suavemente—Ahora bien. Si no es mucha molestia, a este inmortal le gustaría preguntar; ¿qué es lo que hacía el mismo en este mundo?, ¿ocupaciones?, ¿relaciones?—.
—Ma...—nego con la cabeza—Shen Yuan, usted, en este mundo, era un lector común y humilde. Solo que está rodeado de personas famosas todo el tiempo. El maestro Liu, por ejemplo, en este lugar es un actor—.
Las cejas de Shen Qingqiu se alzaron con interés. ¡Vaya!, un papel correcto con esa cara linda que tenía.
—¿Qué relación tenía yo con mi shizun?—preguntó Binghe, poco después. Gongyi Xiao tuvo una expresión complicada.
—No sé mucho de eso. Shen Yuan parecía tener algunas disputas con su hermano en el pasado, pero este humilde no entiende si fue por Bingge o por usted, Binghe—Oh. Así que el nombre fue simplemente Bingge. Vaya. Que poca imaginación, Shen Qingqiu definitivamente, sí había un creador de ese mundo, lo insultaria sin parar. ¡Dale un poco de cara a Bing-ge!
Miro a Luo Binghe y lo encontró con esa cara de perro abandonado una vez más. Le dió unas pequeñas palmaditas y volvió a dirigir su atención a Gongyi Xiao.
—¿Qué misión tiene Gongyi Xiao en este mundo?—.