2Gang, Killer Bunny and¿Hopeline Miami? 3

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Tan solo quería hacerlo sentir bien, pero terminó hiriendo a dos personas que estuvieron con él, en todo momento.

Se lamentaba por aquello, pero ahora ya no tenía solución, las dos únicas personas que en realidad lo querían habían muerto.

—Deja de lamentarte Tae, que me extresas –soltó molesto Ho Seok, quien lo veía desde una esquina de aquella habitación de hotel–

—Yo no me estoy lamentando hyung –murmuró el chico sin mirar a su mayor–

—Como si no te conociera –ya molesto salió de allí, dejando solo a Tae quien por fin volvió a llorar por la perdida de sus dos personas favoritas–

*2gand, Killer Bunny and ¿Hopeline Miami?*

Dos chicos se movían tan rápido que era imposible que dos humanos corrieran como si tuvieran super poderes.

Los policías que los perseguían los perdieron de vista, así maldiciendo su lentitud ante ellos. No deberían de fiarse ante ellos.

Los chicos que estaban escondidos en un callejón, sonrieron complacidos por su gran escape y emprendieron su camino por aquel callejón, hasta llegar al final de este.

Debajo de sus pies, una alcantarilla se encontraba, así dando su escape por debajo de la tierra.

Ambos como si fueran ratas de alcantarilla se metieron y caminaron por la mini banqueta que hacia allí.

Necesitaban llegar rápido a su casa, antes que la alcantarilla se llenará de los desechos humanos.

Después de caminar media hora, llegaron a su destino, salieron de aquella alcantarilla para dar a luz una ciudad solitaria.

Sin preocuparse que alguien más los viera, se quitaron las gorras, cubre bocas y los lentes.

Caminaron cinco minutos más y llegaron a una casa grande y lujosa, entraron y en la sala encontraron a sus padres.

—¿Donde estaban? –soltó un chico más grande que ellos–

—Fuimos a conseguir provisiones –soltó el menor de todos allí–

—Espero que se taparon, no queremos que alguien más lo descubrirán

—Descuiden, nos tapamos muy bien, aunque un problema leve, sin importancia –murmuró el chico de cabello morado sin importancia–

Tan solo un asentimiento del más grande y un beso por el segundo mayor, ambos menores fueron a la cocina a dejar todo lo que habían robado en la mesa.

Tan solo tenían que esperar un tiempo más para hacer su más grande emboscada. Ellos solo querían venganza y eso era lo que iban a conseguir como de lugar.