Cuando Lu es despedida de su trabajo, la hermana de su mejor amiga llega con una gran idea para que pueda tener dinero.
¿Cómo saldrán las cosas cuando Lu debe dar clases de francés al pequeño Scorpius Malfoy?
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| ᴀɴɴɪᴇ
A pesar de estar en verano, las calles de Londres aún estaban bastante frías. Al mirar al cielo, se podían notar las extensas nubes cubriendo el cielo como un manto, anunciando una lluvia segura.
—Vamos, amor. Antes de que comience a llover.
Kristoff me apresuró, tirándome de la mano hacia una cafetería que quedaba doblando una esquina.
Me quejé audiblemente, mientras él empujaba la puerta de vidrio del lugar, dejándome pasar primero. Su mano fue a mi espalda baja mientras me guiaba hacia una de las mesas que estaban al fondo del local.
El lugar estaba cálido, y habían pocas personas en las mesas a nuestro alrededor. Me quité mis guantes, y dejé mi abrigo a un lado junto a mi bolso. Kristoff hizo lo mismo, mientras levantaba la mano para llamar la atención de la mesera.
Él y yo llevábamos saliendo hace dos años, desde que nos graduamos de Hogwarts. No era la historia más romántica del mundo, pero bueno, cuando caes en la rutina de una relación, no queda más que adaptarse y seguir adelante.
Nuestro noviazgo se basaba en vernos para almorzar o cenar juntos, luego charlar sobre como le iba en su trabajo, y después sexo. Algo bastante monótono, lo sé, pero su trabajo en el Ministerio le quitaba la mayor parte de su tiempo, por lo que sólo tenía que aceptarlo.
—¿Cómo vas con la búsqueda de trabajo? —preguntó, mientras jugaba con una de las servilletas encima de la mesa frente a nosotros.
—Bueno, Pansy llegó con la maravillosa idea de...
—¿Qué les puedo ofrecer?
La camarera llegó a un lado, interrumpiéndome. Ambos la miramos con una sonrisa.
—Yo voy a querer un café americano, y un croissant —respondió.
La camarera anotó rápidamente y puso su atención en mí.
—Yo voy a querer un té verde, y un pastel de manzana, gracias —le dije amablemente. Ella asintió, y se giró para ir hacia el mostrador del local.
—Bueno, cómo te decía, Pansy...
—¿Puedes creer que Nott trató de llevarse mi caso? El del grupo de magos en Irlanda.
No me dejó terminar de hablar, hablando con su usual tono gruñón. Yo rodé los ojos y asentí.
Aquí vamos de nuevo, pensé.
—Oh, ¿enserio? Me muero por saber, cuéntame más —mi tono sarcástico pasó completamente por alto, pues siguió hablando sobre su trabajo.
Como siempre.
—Siempre es lo mismo con él. No entiendo qué se cree, con toda esa mierda de que era mortífago. ¿Cómo es posible de que lo dejen trabajar ahí después de todo? —bufó.
